Primas, eurobonos, preferentes e hipotecas
Cuando nuestros gobernantes resolvían los problemas económicos, creando cinco millones de empleos, no había necesidad de tener conocimientos sobre la materia, hoy, angustiados entre el desempleo y las dificultades financieras los españoles parecen haber hecho un master en economía.
Todos hablamos de prima de riesgo, participaciones preferentes, eurobonos, e hipotecas. En apariencia unos conceptos y otros nada tienen que ver, y, sin embargo, todos versan sobre una misma cosa; la responsabilidad, o la falta de ella.
España, que fue el primer país de la Unión Europea en contar con una ley de déficit cero que limitaba el endeudamiento público, llegó a tener prima de riesgo cero, que supone ser tan fiable como Alemania, país de referencia a la hora de devolver la deuda emitida. Como se le consideraba un país responsable, es decir capaz de concertar préstamos y devolverlos, nuestras emisiones de deuda no tenían el actual sobrecoste de 480 puntos, que supone un interés adicional del 4,8%.
Ahora que Mariano Rajoy ha vuelto a restituir la ley de estabilidad presupuestaria derogada por Rubalcaba y Zapatero, cuando logre atajar la hemorragia del gasto público, que no será inmediato, la prima bajará.
Los Eurobonos reclamados por muchos y negados por Alemania, suponen sencillamente que; me endeudo yo y pagas tú. O sea que todos respondemos solidariamente de la deuda de todos, cosa que en la vida privada solo se hace con la familia, y no siempre.
En términos prácticos, supone que si Grecia no hace frente a su deuda la pagarán los países solventes, y mientras tanto el país heleno pagará un interés menor porque sus emisiones de deuda se convierten en seguras al estar detrás toda la Unión. Grecia ya no será responsable de su deuda.
Las participaciones preferentes, que han hecho que muchos ahorradores hayan visto disminuidos sus depósitos, supone que la irresponsabilidad de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, del Ministerio de Economía y del Banco de España, que autorizaron un producto vitalicio y de riesgo, que fue comercializado como uno de ahorro, haya acabado en tragedia.
Resulta chocante que el PSOE, que era quien “manejaba” estos tres organismos cuando en 2009 se expandieron las participaciones preferentes, y también cuando en 2011, suprimieron el mercado secundario que las dotaba de liquidez, presente ahora iniciativas políticas denunciando la situación que ellos crearon. Ciertamente aquí la responsabilidad de la suscripción de las preferentes debe llevar al ahorrador a leer lo que firma, pero dada la complejidad de este producto financiero los órganos reguladores debieron actuar para limitar dramas.
Las primas, los eurobonos, las preferentes, y también el debate sobre el embargo de viviendas, que sobreviene cuando faltamos a nuestros compromisos de pago, son todos ellos un mismo problema, el de la irresponsabilidad con la que los agentes económicos tomamos nuestras decisiones.
Miguel Barrachina Ros
Economista y Vicepresidente Diputación de Castellón
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