¿Podemos....?

Un buen puñado de sus dirigentes proceden de la “casta universitaria” que se ha ido incubando en algunas universidades, a veces con el apoyo y respaldo de las autoridades, como le sucede al Rector de la Complutense, el Sr. Carrillo.

Estos fenómenos populistas y ¡más!, surgen cuando la sociedad sufre un gran deterioro y comenzó, ¡no lo olvidemos! en la época zapatética, con aquellas acampadas en la plaza del Sol de Madrid, con la sonrisa y aquiescencia de Cayo Lara y Rubalcaba, ciegos como estaban por erosionar todo lo posible al PP. ¿Recuerdan?. ¡Ahora no es extraño que IU implosione en su beneficio, Sr. Cayo Lara!.

Quisieron llegar como indignados con la situación actual, pero, se pilla primero a un mentiroso que un cojo, y aquella beatitud, aquel deseo justiciero de destruir la casta política, económica y social, pues ellos eran los de “abajo”, resulta que va saliendo a flote, como su clara ideología leninista-troskista, apoyados en los restos del comunismo occidental y reforzados, incluso económicamente, por los países “democráticos” de Irán y Venezuela, modelos a imitar, según ellos; y organizados en “círculos”, que son como los herrumbrosos y demodés “soviets” estalinistas y se ponen moraos (algunos se ponen camisetas verdes, blancas o amarillas). Y, por ejemplo, los comunistas de IU de Madrid, se han pasado con armas y bagajes a Podemos, siguiendo a Tania, como si un Hamelín con su flauta se tratase. Y el comunismo ya hemos visto que ha sido en el siglo XX el sistema más injusto, regresivo y genocida que ha existido, como hemos comprobado cuando cayó el muro de Berlín; pero sucede que quienes no lo han sufrido, lo defienden y tan sólo abominan de él, quienes han estado décadas bajo su bota implacable, como aquella de Stalin que enviaba a todos sus opositores al Gulag siberiano.

Y Manos Limpias compara a Pablo Iglesias con “Adolf Hitler, Vladimir Lenin, Pol Pot o Fidel Castro, quienes se disfrazaron de demócratas para destruir el Estado desde dentro”; ¡Que se lo digan a los ciudadanos cubanos o venezolanos que han sufrido a sus aclamados líderes!. Al populismo y nacionalismo no se le puede atacar, hay que poner en evidencia su ideología, sus corruptelas, sus carencias, su ambiguo y escondido programa… Y, especialmente, poner encima de la mesa un proyecto alternativo y regenerador.

¡Nos han intentado engañar y han engañado a muchos!. Y lo van a seguir haciendo y muchas personas están ideológicamente cegadas, como para realizar cualquier tipo de análisis reflexivo; han recurrido a los sentimientos y a los ciudadanos soñadores, porque a los “dormidos” se les engaña mejor. Podemos es un “partido” sin programas, sin ideas concretas, tan sólo algunas propuestas demagógicas, ambiguas e indefinidas, que afirman que hay que estudiar en sus “círculos” para que no se les vean sus verdaderas y aviesas intenciones. ¡Ingenuos!.

Y algunos de IU, PSOE, etc., hacen como aquél Bertránd du Guesclin, diciendo aquello de “ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor”; y ya hemos visto como casi se han fagocita a IU y grupos anti-sistema, cómo están mordiendo al PSOE y así hemos visto y oído a dirigentes de este partido hace varios sábados en Sol, haciéndoles la ola y probablemente se cojan del brazo en la primera ocasión que tengan, como pudiera ser próximamente en Andalucía.

Para los de Podemos y sus fieles seguidores, la táctica básica consiste en hacer creer que este país es el caos, dónde nada funciona, todo es latrocinio y es preciso cambiarlo todo y ellos son los nuevos “mesías” capaces de hacerlo. ¿Les suena algún régimen abominable que llegó así al poder?. Consiguen sacar a sus adeptos los sentimientos de la traición, la rabia y el resentimiento y todos estamos de acuerdo en que este país tiene muchos problemas, pero ellos no van a solucionar ninguno; más bien crearían otros muchos.

Sólo ellos creen estar en poder de la verdad y, lógicamente, si llegasen al poder, harían todo lo posible para convertirse en partido único, como sucede en Cuba, Corea del Norte o Venezuela, país en el que Pablo Iglesias y Monedero trabajaron –y parece que fueron generosamente retribuidos- varios años para Chávez y sólo hace falta ver a dónde ha llegado este país, como muy bien nos describe el periodista hispano-cubano Carlos Alberto Montaner.

Se escudan en Sypras y Syriza y no han escuchado al equipo de Merkel, que sostiene que ellos tienen el poder: “ellos trabajaron, crecieron, acumularon, prestaron y exigen la devolución de lo prestado”. Y el propio Rajoy les ha tenido que recordar que “España prestó a Grecia en buenas condiciones y no nos sobra el dinero” (les prestamos 32.744 millones de euros en la época zapatética). Y no somos una ONG.

Si alguien les critica, se sienten acosados y esto es la guerra para ellos. Pues son muy vulnerables a las críticas, rayando en la cobardía y la soberbia y son irascibles con quienes les hacen la menor crítica. Como dice Moncho Borrajo, el líder, Pablo Iglesias, el hijo de Francisco Javier Iglesias Peláez, “tiene una máscara perfecta de cinismo, cultura y despotismo”, que aplica, inmisericorde, incluso a sus colaboradores, como intenta hacer con Pablo Echenique o Miguel Urbán, entre otros. 

A los periodistas que no les hacen la ola, les tratan como perros y ya han dejado caer que, si llegasen al poder, nada de medios de comunicación privados; sólo quieren tener sus propios medios y manipularlos ellos a su gusto (Como hace el Sr. Maduro en Venezuela).

Cuando hayan dejado tambaleando al PSOE, ya sólo les quedará hacer frente al Estado, propiamente dicho, para intentar apoderarse del mismo e implantar su régimen democrático, la llamada “dictadura del proletariado” dónde los soviets, perdón los “círculos”, serán quienes controlen todo, “rompiendo los candados” para tener a la sociedad bajo sus botas, como sucede en esos países que para ellos son el paradigma.

¿Sucederá?...

Pues, sinceramente, tengo mis dudas. He hablado con mucha gente y me sorprende que personas que están razonablemente instaladas social, laboral y económicamente, sean a veces las más combativas, aunque sólo sea por ir contra el sistema actual y están dispuestos a “romper los candados” de la Constitución de 1978, que creo nos ha permitido el mayor periodo de paz y prosperidad de los dos últimos siglos, a dar vuelta el calcetín de nuestro sistema y empezar de nuevo, aunque la evolución del voto de Podemos parece que está tocando techo y ya hasta les entran las ganas de que se adelanten las elecciones, porque pudieran estar percibiendo que el souflé se desinfla.

Podemos tiene un electorado “de extrema izquierda, reside en ciudades medias, no pasa apuros económicos, tiene estudios y es mayoritariamente masculino” (Piensen en los que se disfrazan de verde, blanco, amarillo, etc., muchos de ellos funcionarios, que disparan con pólvora ajena). Y su electorado no es tan “transversal” como afirma Carolina Bescansa, otra de las que hacen buenos negocios.

He comprobado que también existe un desdén y a veces odio y resentimiento ante muchos de nuestros símbolos, incluyendo la bandera, la monarquía y, por supuesto, los dos grandes partidos que se han ido alternando en el gobierno de la nación y que, a pesar de sus defectos y su falta de control y acción frente a la corrupción, nos han colocado, codo con codo, con nuestros vecinos europeos, cosa que en la década de los setenta muchos no podíamos ni siquiera soñar con que eso pudiera suceder.

¿Alguno vio alguna bandera de España en la concentración de Sol del pasado sábado día 31 de enero?. Yo no ví ninguna y he de decirles que en las manifestaciones de Syriza, en Grecia, sí ondean las banderas de su país, como evidentemente sucede en todos los países democráticos del mundo occidental. Y no me extraña, después de los epítetos que los dirigentes de Podemos, especialmente Pablo Iglesias, le han dedicado.

Y aún tenemos que oír cosas de estos dirigentes y de muchos de sus seguidores que en Venezuela están ahora mucho mejor que antes de la llegada de Chávez al poder. ¡Y en Cuba!, ¡Y en Irán!... Podemos representa una regresión a la izquierda extremista que han fracasado allí dónde han gobernado, dejando tras de sí una estela de sufrimiento y muerte. ¿O hemos olvidado las atrocidades de Stalin?; ¿O las más recientes de Chávez y Maduro¿.

Yo que defiendo la Constitución de 1978, que es mejorable, y defiendo la democracia, que también es mejorable, también defiendo los símbolos del Estado de mi Patria, como es la bandera; y por ello, la pongo como imagen de este artículo, como contrapunto al desprecio que algunos españoles sienten por ella.

Y, finalmente, la clave estará en la actitud que adopte el PSOE que se va a ver cogido entre dos fuegos: el populismo a ninguna parte de Podemos o el marco constitucional que seguro va a seguir defendiendo el PP y algún otro partido más minoritario. ¡Ahí está la clave!. Y quién más puede sufrir esta oleada, paradójicamente, puede ser el propio PSOE.

Y una última pregunta al lector: ¿Vd. les compraría un coche usado a Pablo Iglesias, Monedero o Errejón?...