Pena y sana envidia....
La semana pasada estuve de viaje por Gran Bretaña y pasé el fin de semana en Londres, dónde me convertí en espectador de dos acontecimientos que son los que me llenaron de pena y sana envidia.

Si. Si. Me da pena como se comporta este país dónde vivo. Y me da sana envidia cómo actúan otros, aunque nadie es perfecto.
La semana pasada estuve de viaje por Gran Bretaña y pasé el fin de semana en Londres, dónde me convertí en espectador de dos acontecimientos que son los que me llenaron de pena y sana envidia.
Coincidieron muy cerca, geográficamente hablando, un espectacular desfile cívico, militar y patriótico, denominado The Lord Mayors Show 2014, con un despliegue y escenografía que observé fue del agrado de los muchos espectadores que siguieron el mismo por las calles y avenidas de la City. Carrozas con las autoridades, cuerpos diversos a pie, a caballo y en vehículos, varias bandas de música (también las vistosas de Escocia), organizaciones cívicas y militares de toda índole, incluyendo vehículos militares, carros de combate, etc., y todo ello con una admirable organización, con un comportamiento respetuoso de los espectadores y con una alegría y patriotismo digno de reseñar. Abundantes banderas inglesas y alguna española y ningún grupo intentando reventar el evento.
Pero también asistí, medio sorprendido y circunspecto, a la ingente presencia de personas, con actitud respetuosa en el homenaje a los combatientes del país, que se escenificó en el entorno de la Torre de Londres, cuyos jardines perimetrales (antiguo foso, como se observa en la foto), estaban tapizadas de flores (parece que casi un millón de amapolas de cerámica estaban hincadas sobre el césped).
Y tengo que reconocer que ambos acontecimientos me llenaron de sana envidia, por el patriotismo que estos hechos demuestran, por el respecto de los ciudadanos por su historia y por el ejemplo que nos dan a quienes vemos en nuestro país demasiados desafíos a nuestro sistema, pitidos a la bandera o al himno y desprecios sin par…
…Y al volver a mi tierra, me encuentro con tantos problemas que me produce pena, ¡auténtica pena!, que me llevan a pensar en la imagen de un país “desestructurado”, dónde cada uno trata de tirar por un pico de la manta y los más listos esperan aprovecharse del botín, como nos lo demuestran día a día los desalmados y corruptos de todos los partidos, de todos los estamentos y de todas clases sociales.
¡Y lo que es más grave!. Parece que no somos capaces de atajar estas situaciones y la mayoría de los españoles se encuentran ante una situación perpleja, kafkiana, que nos está perjudicando a todos. No me extraña que, ante esta perspectiva, unos pidan más mano dura y otros se organicen, aprovechando el propio sistema, para destruirle, como si de un “caballo de Troya” se tratase.
¿Cómo es posible que algunos estén desafiando a la Constitución o a otras leyes y nadie les meta en la cárcel?. Algún robagallinas quizás si esté cumpliendo pena por intentar quitar el hambre.
¿Cómo es posible que algunas personas sean claramente sospechosas de graves irregularidades, presuntos corruptos del dinero público y no estén en la cárcel?. Y entonces podemos pensar que algunos corruptos y confesos, andarán atareados en destruir pruebas.
¿Por qué los partidos políticos no expulsan “iso facto” a sus corruptos y algunos sólo se dedican a ver “la paja en el ojo ajeno y no vislumbran la viga del suyo?. Cada partido, sin excepciones, trata de arropar a sus corruptos y echar en cara y criticar los de otros, para obtener réditos electorales. ¡Y tú, más!.
Causa estupor vomitivo y escándalo, el desafío catalanista (Bueno, lo sucedido el pasado domingo en Cataluña es esperpéntico y sonrojante) y vasco, el feo asunto de los Pujol y los dirigentes catalanes, la Gürtel, los EREs y las subvenciones de los cursos de formación así como todos los embrollos andaluces que terminan en Chaves y Griñán, las tarjetas de las Cajas de Ahorro, los casos Madeja, Enredadera y tantos y tantos como ha habido en el suelo patrio. ¿Se resolverán algún día y que quienes han trincao lo devuelvan?.
…Los ciudadanos queremos orden, seguridad, respeto, justicia, trabajo y cumplir con nuestros derechos y deberes. Y esto lo queremos la mayoría y queremos que la minoría que actúa infringiendo las más elementales normas, sea sancionada sin miramientos. ¡Por muy poderoso que pudiera ser!.
Sólo esto nos permitirá restaurar la confianza en las Instituciones, el respeto a nuestros líderes y la seguridad en nuestro ordenamiento jurídico, así como las condiciones precisas para el desarrollo de la vida social, laboral y política.
Porque si no es así, a más de uno le van a dar ganas de irse…
Sé el primero en comentar