Noticias de Cantabria
12-05-2015 22:52

Osa de Andara

La Osa de Andara en la mitología cántabra es un ser que habita los Picos de Europa, en la región de Andara.

Es una mujer-osa, que desaparece con la llegada de las nieves, pero vuelve a aparecer con el buen tiempo para reanudar sus fechorías. Tiene la cara de mujer madura sin serlo y algo desdibujadas las facciones, cuando se enfada bizquea, tiene unas manos enormes de color oscuro, es brava y forzuda, pero rara vez demuestra su agresividad. Su cuerpo está cubierto por un traje viejo y vulgar, los cabellos son largos y de color oscuro, sus brazos y piernas están cubiertos del mismo pelo que tienen los osos.

Se alimenta normalmente de leche, castañas, raíces, maíz crudo y bayas de ciertos árboles y a veces, de algún cabritillo.

Sobre 1.875, Joaquín Fusté (escritor) da fe de la existencia de una mujer-osa que habitaba en las cuevas del Desfiladero de La Hermida, muy huidiza del ser humano, primitiva y tosca, que criaba y cuidaba un rebaño de cabras, ovejas y rebecos. García Lomas, también recoge en su obra “Mitología y Supersticiones de Cantabria” la existencia de esta mujer. Otros investigadores, como José Antonio Odriozola también creen en su existencia, fortalecidos por la información que obtuvo de Crescencia González, de Bejes, la cual aseguró haber visto a la Osa de Andara. Según esta mujer, la Osa andaba regularmente por Bejes e incluso tuvo descendencia en este lugar.

Actualmente Fran Renedo Carrandi, en su libro sobre los enigmas de Cantabria, también investiga su existencia por la zona de Bejes y la posibilidad de su descendencia.

Algunos autores ven posible la existencia de una mujer con una enfermedad llamada hirsutismo, que produce el crecimiento excesivo del vello en las mujeres, cubriendo todo su cuerpo y que por este motivo y no habiendo tratamiento para eliminarlo, se aísla y se esconde en los lugares donde no quiere ser vista por nadie, cuevas, etc…

En 1.860, Joaquín Fusté y Garcés, cruzó el macizo de Andara y fue allí cuando se encontró con la historia de La Osa de Andara, de la que supo su relación con una dama inglesa llamada Miss O´brien, la cual vivía en Panes, en la ría de Tina Mayor, también con el Padre Juan, el cazador Rafael, el pastor Pedro y algunos vecinos de Bejes. Pero no fue hasta 1.875 cuando Fusté publicó su obra y en ella hace alusión  a esa mujer-osa.

En la pag.88 Rafael el cazador gritó, ¡la osa, la osa!, cortando nuestra conversación.

En la pagina 89 describe el encuentro de Miss O´brien en el interior de una gruta con la mujer-osa, la cara de susto, horror, etc… al ver en su interior a aquel monstruo humano, recostado sobre un lecho de musgo, semidesnudo, tapado únicamente con unas pocas pieles de cabra, largas uñas encorvadas como las de un águila y pies anchos y cortos en los que apenas se distinguían los dedos.

En la siguiente página, describe cuando señaló a la osa que les miraba desde una corta distancia, en presencia del pastor Pedro, el cual comentó que la conocía perfectamente desde hacía mucho tiempo. Le dijo que solo a él hacía caso, que era natural de Camarmeño y que desde hace 15 años vivía en el Grajal y el Macondiu en verano y en las cavernas de la entrada del Ujo, en la Hermida, en invierno.

En la pág.91 comenta que nunca la han visto reírse, no tiene memoria y para llamar a las cabras, aúlla como los lobos.

Cualquier día de esta primavera, me voy a acercar a la región de Andara para intentar ver a la osa.

 

 

 

 

 

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