Noticias de Cantabria
26-03-2014 23:47

Los "cachorros" de la izquierda..

En los últimos días se han producido una serie de hechos gravísimos, de auténtica guerrilla urbana, que vienen a añadirse a otros de similar factura, como los que hemos visto no hace mucho en Burgos y que están bien organizados, jaleados y apoyados por la izquierda ultramontana...

 

La izquierda aún no ha asimilado, como ha sido su costumbre histórica en ella, la derrota electoral y trata de “ganar en la calle lo que no ha conseguido en las urnas”. También es verdad que algunos líderes de esta izquierda, algunos “tertulianos” e incluso algunos periodistas, suelen nadar en la ambigüedad (“equidistancia” se dice ahora de forma eufemística) cuando hablan de este u otros temas, lo que en definitiva es un apoyo implícito a estos bárbaros que arrasan con todo lo que encuentran a su paso. Incluso se atreven a hablar de los abusos de la policía a la que llegan a tildar de “represora”.

¿Alguna persona en su sano juicio considera que esta foto y otras muchas que hemos visto los españoles con los encapuchados armados de palos, piedras, adoquines, cadenas y diferentes objetos contundentes son una manifestación pacífica?

Y esto es una auténtica provocación social, que va a ir en aumento, especialmente en época preelectoral. Por cierto, me gustaría saber qué pintan los observadores internacionales en estas manifestaciones. ¿Quién les ha llamado y con qué interés e intención?.

Algunos desean que haya enfrentamiento en la calle, pues piensan que ello les puede beneficiar electoralmente y además, siguen aquel viejo dicho zapatético de que “nos interesa que haya tensión”.

Nuestra policía parece que está inerme y va a que le rompan la cara. A algunos les han roto mucho más que la cara. También es cierto que si “alguien” dijo a los policías “que nada, que no hagan nada”, debe ser investigado, explicado y, en su caso, penalizado. Démonos una vuelta por el entono de nuestro país y veremos cómo se las gasta ahí la policía; quizás este Gobierno es demasiado timorato y debería de hacer que la policía actúe con mayor contundencia, como lo he visto en algunas ocasiones en Londres o Nueva York (Supongo que nadie dudará del talante democrático de Gran Bretaña o los EE. UU.).

Ésta, como otras de la misma factura, es claramente una manifestación antisistema, con personajes esperpénticos como Willy Toledo (El que vive en la Cuba democrática), Cañamero o los activistas de Resistencia Galega. Son grupos perfectamente organizados y no espontáneos como nos intentar hacer creer los de izquierdas y además son organizaciones que reciben o han recibido ayudas, consignas y son su “correa de transmisión” (Como decía Arzallus, “unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces”).

Por otra parte, es ¡Bochornoso! que cuando la policía lleva a los tribunales a estos vándalos y alborotadores, vea que salen de las sedes judiciales inmediatamente, la mayoría de las veces, sin ninguna acusación y según el dicho judicial de que “por una puerta se entra y por otra se sale”. No entendemos muchos ciudadanos que los jueces les dejen irse de rositas a estos bárbaros que incluso presumen de su actuación, como aquel que escribe, “Voy todo de subidón porque en las cargas de Recoletos fuimos capaces de rodear a un policía y yo le tiré una piedra en la cabeza cuando estaba en el suelo…Mañana lo veréis en las noticias. Quedó inconsciente, se lo tuvieron que llevar arrastrao” (Sic). O éstos que en el desalojo del Vicerrectorado de la Complutense, dónde estaban con la benevolencia de su rector Carrillo, decían “¡A matarlos, que son pocos!”. Y hay jueces que dejan libres a estos energúmenos, en base a la libertad de expresión y manifestación. ¿En qué país vivimos?. La propia policía está desmoralizada y los ciudadanos escandalizados por estas prácticas judiciales, sea el juez o el ministerio fiscal o ambos.

Nos escandaliza – a mi, al menos- que se violente e incumpla la ley y se acose, amenace y agreda a las propias fuerzas del orden, mientras los partidos de izquierda callan (y otorgan), sin condenar estos hechos; es más, algunos exigen la libertad de los detenidos y acusan a la policía de excederse, hablando de “estado policial”.

Y claro, estos son los que están en contra de la Ley de Seguridad Ciudadana, para poder tener las manos libres, para campar a sus anchas, para destrozar los bienes públicos y privados, acosar a los ciudadanos, subvertir el orden,… Y estos energúmenos son insolventes. ¿Quién va a pagar los destrozos que han realizado?; ¿Yo?; ¿Ustedes?; ¿A fin de qué?...

Como la izquierda no tiene ninguna alternativa positiva y constructiva que llevar al Parlamento, sólo se van a desenvolver en la lucha callejera y no van a condenarlo explícitamente. ¡Pedradas por votos!. Cuando la ultraderecha actúa, todos lo condenan; cuando lo hace la ultraizquierda, la izquierda parlamentaria calla o se escaquea o, incluso, pida explicaciones al Gobierno. . ¡Lamentable, oigan!

Que una llamada “Marcha por la Dignidad” coree consignas como la de “Matad a esos hijos de puta”, con el intento de sembrar el terror urbano, me digan que era pacífica, es un insulto a la inteligencia de los españoles de bien.

Adolfo Suárez nos ha dejado ayer un epitafio, “La concordia fue posible”, que no la han leído o no la quieren leer ni entender muchos actuales políticos de nuestro país, ofuscados en buscar sólo su propio provecho a costa de lo que sea e importándoles los temas de los españoles un rábano.

Cualquier ciudadano podrá hacerse muchas preguntas. ¿Qué valores pretenden inculcar a nuestros jóvenes quienes creen que los policías son los malos y los alborotadores los buenos?; ¿Dónde están los jueces y para qué sirven?; ¿Qué hace la Fiscalía?...

 
 

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