Noticias de Cantabria
18-01-2014 22:04

Las Cuevas de Altamira

A propósito del anuncio del patronato sobre la apertura controlada de las cuevas de Altamira, como consecuencia del informe positivo de los científicos, las cuales permanecían cerradas desde el año 2002, quisiera a través de unas pocas líneas contar como sucedió verdaderamente su descubrimiento.

 

 A propósito del anuncio del patronato sobre la apertura controlada de las cuevas de Altamira, como consecuencia del informe positivo de los científicos, las cuales permanecían cerradas desde el año 2002, quisiera a través de unas pocas líneas contar como sucedió verdaderamente su descubrimiento.

En realidad las famosas cuevas de Altamira fueron descubiertas por un cazador llamado Modesto Cubillas en 1.868. Este descubrió la entrada de la cueva al intentar liberar a su perro, que estaba atrapado entre las grietas de unas rocas por perseguir a una pieza.

No tuvo mayor transcendencia este descubrimiento entre los lugareños, pues en la zona al haber gran cantidad de grietas y grutas, no constituyó ninguna novedad. Marcelino Sanz de Sautuola, erudito en paleontología supo de boca del mismo Cubillas de la existencia de la cueva, pues éste era aparcero de su finca. No obstante, no la visitó hasta 1.875, recorriéndola casi en su totalidad y reconociendo algunos signos abstractos a los que  no dio ninguna importancia, pues no los consideró como una obra del ser humano. En el verano de 1.879, acompañado de su hija María de 9 años, volvió a la cueva por segunda vez. Mientras el padre permanecía en la puerta buscando restos humanos y sílex, María se adentró en ella hasta llegar a una sala donde observó unas pinturas en el techo. Inmediatamente salió para contárselo a su padre el cual se quedó sorprendido e impresionado al contemplar el grandioso conjunto de pinturas de extraños animales que ocupaba la casi totalidad de la bóveda. Habían hecho el mayor descubrimiento de la historia, en lo que se refiere a la paleontología y la prehistoria.

Marcelino Sanz de Sautuola (1831-1888) fue desde muy pequeño un gran aficionado a la Prehistoria, mostrando un gran interés por las Ciencias Naturales, la Botánica y la Geología. En el año 1.878 y con motivo de una visita a la Exposición Universal de París, tiene la oportunidad de ver lo que allí se exponía sobre la prehistoria y esto hace que su interés por ella aumente. Ese mismo año descubre la Cueva del Pendo en Revilla de Camargo (que recientemente he tenido el placer de visitar por cortesía de Bodegas El Pendo) y un año después la de Altamira.

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Comentarios(4):

Enrique - 23-01-2014

Muy buenoo Don Francisco!!

Gustavo - 20-01-2014

Enhorabuena Paco,muy bueno el artículo

GABRIELITA - 19-01-2014

Muy interesante Paco, gran articulo.

Angel - 19-01-2014

muy buen articulo Paco, muy interesante.