La Victoria de la Estética
Si en un país en el que se bate record en número de parados, tipos de interés y crecimiento de los precios, su presidente está entregado a la negación de la evidencia y a los golpes de efecto mediáticos, es obvio que la estética, la imagen, se ha impuesto sobre los contenidos, sobre la eficacia en la gestión.
Ayer en el Congreso de los Diputados se convalidó el decreto que restituye parcialmente, y sólo hacia el norte socialista, el trasvase del Ebro. La vía del decreto es la misma que se utilizó para paralizar las obras del gran acuerdo alcanzado en el Consejo Nacional del Agua y que cristalizó en la ley del Plan Hidrológico Nacional.
Lo llamativo es que Zapatero derogó un trasvase a seis provincias necesitadas, y lo que ahora se repone es “una aportación puntual de agua” sólo para una de ellas, Barcelona, que lo merece sin duda tanto como las otras cinco.
Para el presidente socialista no importa los cuatro años perdidos, ni la legislatura concluida con miles de hectómetros cúbicos de agua desaprovechados, sino la operación cosmética de cambiarle el nombre a las cosas para ocultar la situación real.
Algo parecido vimos cuando se negoció con los terroristas llamándole “proceso de paz” con resultado de fracaso.
No importan ni los fiascos, ni la ausencia de gestión, preocupa exclusivamente la imagen, y así se han hecho los nombramientos ministeriales, y así se están tomando las primeras decisiones.
La situación de “estanflación”, estancamiento económico con inflación, es el peor de los escenarios que estudiábamos en macroeconomía y reclama una auténtica revolución fiscal y laboral como la que tuvo lugar con Aznar en 1996.
Sin embargo la respuesta socialista a esta enorme crisis, es otra vez meramente estética, negarla, llamándole “desaceleración”, y ocultarla con un cheque de 400 euros pagados con nuestros exagerados impuestos. Pura imagen nuevamente.
La nueva legislatura consuma la victoria de la estética sobre el contenido, de la forma sobre le fondo, de la falsa sonrisa sobre eficaz gestión. A la justa medida de Rodríguez Zapatero.
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