Noticias de Cantabria
03-11-2014 18:37

La oeste del "Naranjo". Tragedia invernal de 1.969

El Naranjo de Bulnes ó el Picu, como lo llaman coloquialmente en la zona, es la montaña de las montañas, el no va más en las escaladas, la escalada que no puede faltar en el curriculum de un escalador que se precie, la catedral. Escalar su cara impresionante cara oeste y sobre todo en invierno, ha cobrado vidas y es una proeza que muy pocos se atreven y lo consiguen.

El 29 de Enero de 1.969, dos jóvenes montañeros vascos, Francisco Berrio de San Sebastián y Ramón Ortiz de Tolosa, comenzaron una ascensión que les costaría la vida. Esta es una de las mayores tragedias vividas en el Naranjo, por su crudeza y por su final.

Cuando estaban escalando la Oeste y acariciaban cumbre, la noche del 3 al 4, se presentó una tempestad de frio y hielo, que hizo que fallasen las sujeciones y se precipitaran al vacio, pereciendo en la brutal caída al golpearse contra la pared.

El día 5, cuando despejó un poco la cumbre, fueron vistos colgando de las cuerdas a 400 metros de altura, separados por una arista.

Inmediatamente se puso en marcha un equipo de rescate, entre los que se encontraban Cesar Pérez de Tudela y Pedro Udaondo, buenos conocedores del Picu.

Dos días más tarde el 7 de febrero, cuando llevaban una semana colgados de la pared y con buen tiempo, un helicóptero dejó a una quincena de montañeros en lo alto de La Canal de La Celada, al pie de la vía normal de la cara Sur. Ese día lo dedicaron a escalar hasta la cumbre, dejando la ruta con pitones y cuerdas en previsión de un regreso problemático.

Después de un vivac, a la mañana siguiente, Pérez de Tudela y Udaondo, son descolgados por la arista Noroeste al vacio, de donde parte la vía de la cara Oeste.

Unos cien metros más abajo, consiguen llegar a la altura de donde se encontraban los dos montañeros accidentados, los cuales cuelgan sin vida a los lados de una arista, de una cuerda enganchada a un minúsculo saliente de roca caliza. 

Los rescatadores advirtieron que el accidente se habría producido a escasos metros de la cumbre y que la causa de la caída, pudiera haber sido porque un taco de madera, que colgaba de la cuerda entre ellos, se hubiera desprendido y al caer, otros seis pitones, también se hubieran arrancado, lo que ocasionó una caída mortal de unos cien metros, quedando la cuerda enganchada a un saliente de roca en la pared y colgando cada uno por un lado de la arista.

Escaladores expertos, ya dudaban de la eficacia de estos tacos de madera, en este tipo de escaladas limites.

Después de varias tentativas para izar los cuerpos hasta la cumbre y posteriormente bajarlos por la cara sur, debido a las malas condiciones de la pared, el empeoramiento del tiempo y lo peligroso de la situación, decidieron cortar las cuerdas y que los cuerpos cayeran al vacio, recogiéndolos después en la base otros miembros del equipo de rescate.. 

Esta decisión tan drástica, suscitó entre los montañeros y la gente en general, diversidad de opiniones, pero la gran mayoría aplaudió la decisión de otorgar a Francisco Berrio y Ramón Ortiz, el honor de haber sido los séptimos escaladores que subieron la Oeste y la primera invernal.

  

 

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Comentarios(2):

chelo - 25-01-2015

Sigue enviándonos artículos interesantes como siempre aunque creas que no los leo...que los leo¡¡¡

Chema - 06-11-2014

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