La Morada

Estos días pasados, Ignacio Moreno, responsable de la inmobiliaria que pretende construir viviendas en ese solar, aprovechando que no había nadie en su interior, se reapoderó de él poniendo unos candados y guardias de seguridad para impedir a los okupas acceder a su interior.

Parece ser que en un cambio de guardia de la policía nacional que vigilaba la puerta de entrada, cerca de 30 okupas pudieron acceder al interior del local, siendo posteriormente arrestados, acusados de los delitos de usurpación, desobediencia y resistencia a la autoridad, siendo fichados y liberados posteriormente.

Reunidos los ocupas en el exterior del local, celebran una asamblea en la calle y debaten si van a presentar una denuncia contra la propiedad e incluso contra la Delegación del Gobierno, al considerar que el desalojo era ilegal, pues los vigilantes habrían incurrido en un delito de allanamiento.

Varios vecinos del lugar, aseguran que durante los fines de semana, el alboroto procedente del edificio de dos plantas llegaba a ser insoportable. Había numerosas discusiones, riñas e incluso peleas. En la azotea se organizaban fiestas, ciclos de cine y tenían incluso un pequeño huerto ecológico.

Por supuesto que Carmena, Maestre y resto de colegas, critican duramente la actuación de la policía y se ponen del lado okupa, faltaría más.

Ni soy abogado, ni entiendo de estos temas jurídicos, pero la razón me dice que mi propiedad es mía, que la tengo como consecuencia de mi trabajo, mi herencia o lo que sea y sobre ella tengo el derecho del disfrute, negocio, venta o lo que me dé la gana, que para eso es mía.  Quiero pensar que los okupas, por su tendencia política, no creen en la propiedad privada, que todo es de todos y consideran que esa ocupación es legal y tienen todos los derechos por muchos motivos. ¿Por qué no ocupan el local del taller/tienda de su padre?

Pues bien, después de esta explicación y expuestos los acontecimientos sucedidos, reconozco que no entiendo nada. Alguien entra en tu casa, lo expulsas y te denuncia con todos sus derechos, lo que induce a no tener propiedad privada, locales, pisos, y en vez de invertir en ello, igual lo mejor es llevar la pasta a Panamá.

A mí se me ocurre una solución, en vista de que La Morada tiene una clara vocación de ayuda social y que en la casa se hacen talleres de muchas actividades que consiguen que muchos chicos estén ocupados en ellas, la propia Carmena y el Ayuntamiento de Madrid, compre el local a la inmobiliaria Altamira propiedad del Banco de Santander (que se lo adjudicó por un impago hipotecario de la inmobiliaria Cuatro Almenas de la familia López Brea) y se lo ceda a este grupo social La Morada y si no se puede, que les busque otro local.

No sé si estoy diciendo un disparate.