Noticias de Cantabria
22-03-2015 20:03

La Leyenda de La Fuentona de Ruente

En Ruente de una cueva en una pared caliza, nace la famosa Fuentona, la cual vierte sus aguas al rio Saja. El agua pasa por debajo de un puente de 9 arcos que no llega a las rodillas de origen medieval que se cree formó parte del camino o calzada que atravesaba el valle de Cabuérniga hasta Bárcena Mayor, por donde se pasaba a Reinosa y de ahí a Castilla.

Desde este lugar hasta la surgencia kárstica y nacimiento de la Fuentona se va por un cómodo y corto camino empedrado, donde por suerte podremos ver alguna trucha despistada.

En este punto hay un panel indicativo de todo el recorrido subterráneo explorado y un dibujo topográfico de la cavidad.

 Pues bien, lo curioso de todo esto es que de vez en cuando, sin una regularidad, ni explicación conocida alguna, se seca y deja de manar bruscamente agua durante varios minutos, incluso horas. En el siglo XX, según el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) que lo ha catalogado como de interés Geológico Nacional, ocurrió 20 veces. La última fue en enero de 2009.

Ya en el siglo I d.c. el historiador  romano Plinio el Viejo en un estudio describió lo que llamó Fuentes Tamáricas (Fontes Tamarici, en latín) y situó a las tres en la Cantabria Clásica, en Velilla del Rio Carrión, hoy Palencia, en el lugar de la fuente de La Reana.  La de Ruente, aún no estando identificada por Plinio, podría ser portada de su trabajo.

 “Las Fuente Tamáricas en Cantabria sirven de auguro. Son tres, a la distancia de ocho pies. Se juntan en un solo lecho, llevando cada una gran caudal. Suelen estar en seco durante doce días y a veces hasta veinte, sin dejar ninguna señal de agua, mientras que otra fuente contigua sigue manando sin interrupción y en abundancia. Es de mal agüero intentar verlas cuando no corren, como le sucedió poco ha al legado Larcio Licinio, quien después de su pretura, fue a verlas cuando no corrían y murió a los siete días.”

La razón científica es que un sistema de sifones interno que producen grandes bolsas de aire, impiden la salida del agua y provocan este fenómeno.

La otra razón es la de la anjana buena que habita en la cueva y que custodia el tesoro de los templarios, de vez en cuando impide que salga el agua.

La anjana es uno de los personajes más famosos de la mitología cántabra, una especie de hechicera buena, que tiene como contrapartida a los ojáncanos y ojáncanas. El equivalente a las anjanas en otros lugares, son las xanas, las lamias, las mouras o las encantadas.

Yo creo que es la anjana.

 

¿Quieres envíar un comentario?

Comentarios(3):

Pepín - 31-03-2015

Interesante comentario Paco. Y es un buen razonamiento. Desde luego es más comprensivo e identificativo "cántabro" que "montañés". Sin embargo, el "montañés" tiene ese regusto ttradicional e histórico de que, sobremanera, el común de las gentes dijo durante al menos siete siglos "soy montañés" en lugar de "soy cántabro". Y me da pena que en la generaciones modernas existan muchas personas que ignoran que hasta no hace tanto dónde hoy decimos "Cantabria" antes se decía "La Montaña". Existe un gran descrédito hacia la denominación popular de esta tierra durante largos siglos. Ya ae han encargado bien de enterrarla y desprestigiarla.

Paco - 27-03-2015

Creo que ese gentilicio de "montañés" solo se entiende en nuestra región. A mi particularmente me gusta mucho, me trae buenos recuerdos y no se debe perder. Pero nos identifica mas lo de "cantabros" pues montañés puede ser de cualquier lugar montañoso, pero cántabro solo se puede ser de Cantabria.

Pepín - 26-03-2015

¿Consideras que es una pena que el gentilicio "montañés" (siete siglos entre nosotros) se esté perdiendo?. ¿No crees que aparte del orgullo cántabro habría que revitalizar el orgullo montañés, que es el que siempre existió en esta tierra desde el siglo XIII?.