Noticias de Cantabria
18-04-2015 07:00

La indignidad catalana...

He estado unos días por tierras catalanas, disfrutando de su hospitalidad y de los muchos recursos naturales y culturales que posee, viaje que aconsejo a cualquiera que desee pasar unos días vacacionales…

Y no he podido resistirme a observar los aspectos políticos y sociales que me he encontrado en todo su territorio. ¡Y, créanme!. Estoy seriamente preocupado, más preocupado, si cabe, que en anteriores ocasiones dónde he abordado la “cuestión catalana”.

Aparentemente, los ciudadanos catalanes “obvian” este espinoso tema en la distancia corta, en el cuerpo a cuerpo; pero después llenan cada balcón y cada rincón de su geografía de la bandera catalana y de la que ellos llaman “estelada”. ¡Cualquier montículo era sitio adecuado para colocar una bandera!. Hasta el apabullante y empalagoso empacho.

Y he tenido ocasión de hablar con bastantes personas, especialmente con algunas que me han llegado a preguntar cómo vemos este proceso desde afuera, pues muchos de ellos deben estar tan empachados y confundidos que desean que alguien les explique cosas tan elementales de la Historia de Cataluña, como aquel buen charcutero de Vic (le adquirí el mejor fuet y longaniza de toda Cataluña) con el que hablé largo rato y no salía de su asombro con algunos aspectos de la historia de esta zona de España. Creo que el sistema educativo catalán ha conseguido realmente “envenenar” a sus ciudadanos con historias que poco o nada tienen que ver con la realidad pasada; es más, probablemente han conseguido inculcar sentimientos de odio y resentimiento hacia el resto de España.

¡Y no me extraña que sus dirigentes, con Mas y Junqueras a la cabeza, lo alimenten día a día!. Precisamente el sábado pasado estuve en un mitin del dirigente de ERC, Oriol Junqueras, en el Parque de la Ciudadela y pude observar que entre los cerca de dos centenares de asistentes había escaso entusiasmo, mientras su discurso se parecía al de un vendedor de crecepelo. 

Ya el lector se estará preguntando por la cuestión del título, respecto a la “indignidad”; pues les diré que he observado que un buen porcentaje de catalanes se manifiesta claramente independentista (por convicción, por estrategia, por descontento social, por resentimiento social o por lo que fuere) y lo demuestra en el voto, en su balcón y en la participación abierta en la calle. Moralmente se sienten superiores, vencedores y mejores…

Frente a este colectivo, existe otro de no menor importancia en lo cuantitativo, que no se manifiesta en nada o casi nada. Si en su propio entorno familiar o amistoso existen disparidad de opiniones, de “eso” no se habla; en el trabajo, menos; poner una bandera  nacional, sería una provocación (Mire que he recorrido territorio, pues sólo he encontrado una),… Con lo que puedo concluir es que están muy “calladitos” y un poco “acongojados” (Si Vd. quiere, acollonado).

En cuanto al idioma, he podido observar en la calle la clara y fácil convivencia entre el catalán y el castellano, mezclados con el francés, alemán, inglés, etc. No se entiende que, después, en lo oficial, incluido el mundo de la educación, se relegue al castellano en beneficio exclusivo y excluyente del catalán. ¡Ni con Franco hubo esta exclusión!.

Y que una parte del colectivo social, esté avasallando a la otra, me parece de una indignidad manifiesta, que solemos criticar abiertamente cuando sucede en otros ámbitos geográficos, pero lo estamos tolerando en nuestra propia escalera. Además, se encuentran huérfanos, sin líderes ni referencias a dónde agarrarse.

Y no se cortan ni un pelo; en la reciente cumbre de la Unión Europea en Barcelona contra el “yihadismo”, el Sr. Más volvió a dar la nota, pues en la bienvenida a la ciudad Condal, sacó a relucir la sempiterna reivindicación nacionalista. Y esto obligó al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a dejar claramente sentado cosas tan evidentes, como que Barcelona es una ciudad española, “honra de España y flor de las bellas ciudades del mundo” (Cervantes dixit), cosas tan elementales para todos, pero parece que no para el Sr. Mas, que se empecina en embadurnarlo todo y ofrecernos un claro mensaje de división, exclusión, descarte,… que dejará muchas heridas y genera una gran incertidumbre futura.

Por cierto, estuve visitando las tumbas de Wifredo el Pelos, como ellos dicen, y Ramón Berenguer en el Monasterio de Ripoll, aunque no encontré el espacio reservado a Jordi Pujol.

(Foto: Una bandera catalana constitucional en un islote de la playa de Blanes)

 

 

 

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Comentarios(1):

CMM - 17-04-2015

Mi querido amigo Pedro, he leído tu articulo como lo hago siempre, y he visto que apuntas pero no rematas. Quizá por falta de tiempo o quizá porque cuando has estado en mi querida Cataluña has disfrutado mas de sus encantos que del proceso que lleva una minoría frente a una gran mayoría que pasa. El caso catalán es artificial, lo he dicho muchas veces, independientemente de que si echamos mano de la historia ha habido un grupúsculo independentista que aumenta o disminuye coyunturalmente. En el día de hoy esta incrementado artificialmente por culpa fundamentalmente de la política de Madrid que no siempre es la política de España. La culpa de que un tal “Junqueras” mande, la tienen el PP y el PSOE, que ambos para gobernar han utilizado la periferia nacionalista de vascos y catalanes, impidiendo la integración en el ente España. Los gobiernos de la democracia, PP y PSOE, han trabajado y siguen trabajando a favor de la secesión que está en manos de una minoría que utiliza tipo “goebbels” pero de forma económica y con saturación, los medios de comunicación. Los medios de comunicación se usan por la Generalitat, a base de talonario. Y el actual gobierno de Rajoy tiene la sucursal del PP en manos de una tal Camacho que está haciendo un daño irreparable a la marca España y a la marca PP. Sería muy largo seguir, pero hay un dato fundamental, que es la coacción, los ciudadanos están siendo coaccionados desde la Generalitat. O eres independentista o no eres catalán. Un abrazo