La avispa asiática

He hablado con un productor de miel y me lo ha confirmado, vuelan alrededor de las colmenas y son capaces de permanecer paradas en el aire a la espera de la llegada o salida de las abejas, a las que matan cortándolas la cabeza, alimentándose de su cuerpo posteriormente. Cuando el enjambre de abejas detecta la presencia de las avispas, se refugian en las colmenas y no salen en busca del preciado polen, acaban con la miel almacenada y terminan por morirse de hambre.

Además de alimentarse de abejas y otros insectos, pulgones hormigas,… también atacan a las frutas dulces y especialmente a la uva, por lo que las vides de nuestra región y de todo el Norte, están seriamente amenazadas por este insecto, siendo capaces de si no se toman medidas, de acabar con los viñedos. Hay una gran preocupación al respecto por los propietarios de los viñedos de la región.

Esta es una de las muchas plagas que nos han llegado de otros países, como los plumeros, el cangrejo americano, el mejillón cebra, algunas especies de peces que amenazan las poblaciones de truchas, barbos, pez gato, perca americana, lucio, pez sol o el silurio. Las cigüeñas, gaviotas, garcetas, cormoranes, etc… suben por los ríos y acaban con las ranas, pececillos, alevines y cangrejos. El hombre es el peor de todos, acaba con cualquier signo de vida en las playas, ríos, montes y pantanos, con redeños, palos, incendios, urbanizaciones, trampas, anzuelos, en fin, digno de un artículo extensísimo al respecto.

Esta avispa que proviene de China o del Norte de la India, parece ser que llegó a Europa a través del puerto de Burdeos (Bordeaux) en el año 2.004. Se distingue de las otras avispas por su gran tamaño. La reina puede llegar a medir 3,5 cm. Su tórax es negro, pintado de anillos amarillos, especialmente el cuarto. Sus patas marrones, también tienen sus extremos amarillos. Las colonias, al igual que las de las abejas, tienen reina, machos, soldados y obreras. Los nidos pueden albergar a 2.000 avispas asesinas y cada uno de estos nidos puede llegar a fundar 6 colmenas cada año. Estos nidos son difíciles de ver, ya que suelen estar a mucha altura, en la cima de los árboles, a más de 15 metros de altura.

Normalmente no ataca al hombre, siempre y cuando no se crea amenazada, como tocando su nido o cualquier movimiento que la cabree. En cualquier caso, el peligro para el ser humano se presenta en picaduras múltiples y en mucosas, lengua, etc…o en personas alérgicas al veneno de himenópteros. He oído que hace cosa de un mes, los bomberos de Santander eliminaron dos colmenas instaladas en el Campo De golf de Mataleñas.

Pero también tienen sus depredadores en Europa, como el alcaudón dorsirrojo, el abejorro europeo, el abejaruco europeo, la urraca e incluso las propias gallinas. También las propias abejas están desarrollando una defensa, que consiste en cubrir a la avispa asiática, provocando una subida de temperatura hasta los 45º, muriendo al poco tiempo por hipertermia. La abeja soporta hasta los 50º.

Los apicultores de Gerona, han ideado un sistema esperanzador y parece ser que eficaz. Pusieron un comedero trampa y capturaron a una veintena de avispas, las rociaron con un insecticida y las liberaron. Las avispas volvieron a su nido y el resultado fue la muerte de todos sus compañeros. El problema de este sistema es el impacto que pueda ejercer sobre otras especies, qué insecticidas son los que menos inciden en esto y a qué distancia de la colmena sería fiable soltarlas con el veneno.

Difícil, por no decir imposible, acabar con cualquiera de estas modernas epidemias que nos atacan. Tendríamos que empezar por nosotros mismos, pues somos nosotros los que provocamos incendios, catástrofes, construcción, sequias, talas, contaminación y una larga lista de efectos secundarios. Ah y eliminar  y prohibir todos los redeños.