Noticias de Cantabria
13-05-2013 12:38

Juegos Olimpicos de Barcelona - 1936

Los Juegos Olimpicos de Barcelona que no fueron

Estamos en 1936, año negro para España, pues en ese año estalla la Guerra Civil Española

En Alemania se preparaban los Juegos Olímpicos de Berlín, participarían 4.066 atletas de 49 países que habían confirmado su participación. Estados Unidos, intentó boicotear los juegos, pero finalmente decidieron acudir.

El 1º de Agosto con motivo de la inauguración de los Juegos, el dirigible Hindenburg sobrevoló el Estadio Olímpico (Olympiastadion), momentos antes de la gloriosa y apoteósica aparición de Hitler como si fuera una gran estrella del espectáculo.

Alemania ocupó el primer puesto en el medallero con 89 medallas seguida de Estados Unidos, segunda, con 56 medallas. De esta manera Hitler aprovechó estos juegos para demostrar y alardear de la superioridad de la raza aria y del nazismo. Aún así, el gran triunfador de los Juegos fue el afroamericano Jesse Owens, que gano en 100, 200 y 4x100 mts., así como el salto largo.

Barcelona fue una de las ciudades candidatas para organizar los Juegos Olímpicos de 1936. Tras el éxito de la Exposición Universal de 1929, muchos la consideraban como la ciudad ideal para organizar unos Juegos. Sin embargo los acontecimientos políticos malograron la ocasión, y en 1931 fue Berlín la ciudad designada para organizar la cita olímpica. Por esa época Alemania aun era un país democrático. Sin embargo en 1933 llegaron los nazis al poder y establecieron el Tercer Reich.

Toda la preparación de los Juegos de Berlín estuvo destinada a hacer de ellos una apología del nazismo y de sus valores raciales y militares. Esto iba totalmente en contra del espíritu que dio origen a los Juegos Olímpicos, tanto en la antigüedad clásica como en la era moderna. Se produjeron protestas a nivel mundial, sobre todo por parte de organizaciones judías y de izquierdas, pero finalmente el Comité Olímpico Internacional (COI) no hizo nada para evitar la celebración de los Juegos en Berlín.

Frente a los Juegos del nazismo, Barcelona decidió organizar su propia alternativa: la Olimpiada Popular, cuyo objetivo era recuperar el verdadero espíritu olímpico bajo el signo de la paz y la solidaridad entre las naciones, todo lo que se estaba negando en la organización de los Juegos de Berlín con la complicidad del COI.

La Olimpiada Popular de Barcelona tenía una clara voluntad antifascista, una especie de contra olimpíada que hiciera bandera del deporte aficionado y de denuncia de los Juegos Olímpicos en la Alemania nazi, y por lo tanto el apoyo o rechazo a la misma tenía una implicación política. Las federaciones y los propios deportistas, tanto españoles como extranjeros, se vieron sometidos a diferentes presiones políticas para acudir o no la cita.

Los sectores conservadores y derechistas, tanto en el ámbito político como deportivo, buscaron devaluar el acontecimiento a base de ridiculizarlo, comentando que eran unos Juegos "de andar por casa".

Sin embargo la labor desplegada por el COOP (Comité Organizador de la Olimpiada Popular) para conseguir la máxima participación posible permitió la presencia de 23 delegaciones, entre los que destacaban Estados Unidos, Francia, Suiza e Inglaterra. También hubo representaciones de los atletas judíos emigrados, de Alsacia, Euskadi, Galicia y Cataluña. El total de atletas inscritos fue de 6.000 siendo la delegación extranjera más numerosa la de Francia con 1.500 atletas.

En muchas ocasiones los eventos deportivos se utilizan para librar auténticas batallas entre países, y se ve el deporte como una manera de demostrar la superioridad del propio país o de la propia raza, etc.

La Olimpiada Popular rompía con este esquema y abría diferentes formas de participación en lo que respecta a la adscripción territorial. Se establecieron tres categorías: nacional, regional y local. De esta manera, las delegaciones nacionales podían mandar en cada deporte tres representaciones y se entendía que así la olimpiada no sería sólo una competición entre estados, sino que dejaba la puerta abierta a que equipos no estatales participasen en las pruebas, como por ejemplo Alsacia y Lorena, o el Marruecos bajo dominio francés y el Marruecos español. En este sentido, el COOP introducía sobre todo en los deportes de equipo, un sistema de delegaciones que rompía el monopolio estatal. Finalmente, a través de las representaciones locales, recuperaba la idea ciudadana del olimpismo griego, en que los participantes lo eran representando a ciudades.

 

También se puso especial énfasis en la participación de las mujeres, que por esta época aun tenían dificultades para acceder al deporte en igualdad de condiciones.

En total había competiciones en 16 deportes, como fútbol, tenis, baloncesto, boxeo, atletismo, lucha, pelota vasca e incluso ajedrez. Los gastos corrían por cuenta de los gobiernos español y francés, así como de la Generalitat Catalana. Francia tenía un gobierno de izquierdas presidido por León Blum, el cual se volcó para apoyar la Olimpiada Popular de Barcelona. 

La Olimpiada Popular comenzaría el 19 de julio, y duraría una semana, hasta el 26 de julio. 

20.000 visitantes llegaron a Barcelona con este motivo, desbordando las previsiones y creando problemas de alojamiento. Iba a ser una verdadera fiesta del deporte y de los valores republicanos y olímpicos.

El 18 de julio, un día antes de la inauguración oficial, se hizo un ensayo general en el Estadio de Montjuic. Todo estaba listo.

Desgraciadamente el 19 de julio de 1936 entró en la historia por una causa totalmente distinta a la fiesta de la Olimpiada Popular. La guerra frustró el proyecto que el movimiento del deporte popular catalán había concebido. El nuevo orden revolucionario y las necesidades propias del conflicto bélico pusieron fin a Barcelona 1936, justo unas horas antes de iniciarse.

 

 

¿Quieres envíar un comentario?

Comentarios(1):

fan number1 - 14-05-2013

como siempre... , documentado y de ligera lectura. Gracias, una vez mas por tu aportacion!!!