Hugo Chávez, gallito desplumado
MIGUEL BARRACHINA: "Uno de los escasos aliados de Zapatero se tambalea, eso sí, después de pedir el voto para él amenazando con que nacionalizará las empresas españolas en Venezuela si el PSOE no resulta victorioso en las próximas generales".
Durante la incendiara campaña por la reforma constitucional en Venezuela, en la que el fracasado golpista Chávez pretendía entre otros grandes avances el de posibilitar la desaparición de la propiedad privada, la supresión de la autonomía universitaria, la creación de un sistema socialista de partido único o su reelección indefinida, pude ver a una dulce señora airear una pancarta que decía “Vivan los hijos del pueblo, muerte a los hijos de la burguesía”.
Si hubiera podido, a aquella seguidora del amigo de Zapatero, le habría enviado “El Manifiesto de las Clases Medias” un incendiario libro de Enrique de Diego, que nunca me había atrevido a recomendar pero que dice cosas tan aplicables al caso venezolano como “…los comunistas pusieron en marcha vetas de odio como no se habían conocido antes. Engendraron el matonerismo político en dimensiones nunca imaginadas. Haciendo reclamación de los más viejos instintos de la especie, proclamaban sin ambages su disposición al exterminio de todas las clases medias, de la burguesía.”
Uno de los escasos aliados de Rodríguez Zapatero se tambalea, eso sí, después de pedir el voto para él amenazando con que nacionalizará las empresas españolas en Venezuela si el PSOE no resulta victorioso en las próximas generales.
A quién ya no podrá expropiar Chávez será a Amancio Ortega que acaba de vender a un empresario local las 21 tiendas de Zara que tenía abiertas en aquel país.
Las bravatas y las amenazas a los empresarios y profesionales que trabajan en Venezuela, acompañadas de la radicalidad de sus ideas, van a resultar demoledoras, para el país más rico de Hispanoamérica, en términos de prosperidad, pero también de libertad de elección.
Ha sido un referéndum ganado por los estudiantes venezolanos contra el creciente totalitarismo chavista, pero también involuntariamente ganado por nuestro rey Juan Carlos I, a quién Hugo Chávez elevó a la condición de rival único y por tanto convirtió en vencedor final, y con sólo cinco palabras. Nunca una frase resultó electoralmente tan rentable.
El comunismo ha perdido otra batalla, lo que supone general alivio frente a una ideología que desde 1917 ha causado 95 millones de muertos en todo el planeta, 150.000 de ellos en la propia Latinoamérica.
Miguel Barrachina Ros, Diputado Nacional por Castellón.
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Comentarios(2):
Ugo chavez es un déspota aspirante a "Caudillo" Y el pueblo venezolano con el ejemplo del GORILA CUBANO, le dijo ¡NO! El pueblo de Venezuela quiere vivir en libertad, y no necesita caudillos; por lo tanto ahora tiene que irse a dar berridos a la selva. La libertad es el denominador común mediante la cu- al todos lospueblos tienden a hermanarse.Por lo tanto los gorilas deben irse a la selva, por que no tienen sitio entre los humanos.En la cumbre que tubo- lugar en Chile, parecía que todos le temian, por que era el que mas levanta- ba la voz, hasta que el Rey de España le dijo que se callara, y desde enton- ces está furioso por que como es el matón del pueblo, no soporta que nadie le lleve la contraria. Los caudillos cada vez están más pasados de rosca en nuestro mundo libre y democrático. Narciso
Menudo simplismo. Lo que le debería preocupar es que Chávez, en el fondo, tiene razón. Por muy chabacano que nos resulte, el Presidente electo de Venezuela tiene razón. Defiende los intereses de la gente, no de las empresas, sean venezolanas o extranjeras. ¿O están por encima los intereses de los empresarios? Además, se ha mentido hasta la saciedad sobre el proyecto de Constitución rechazado. ¿Quién? Los empresarios y los medios de comunicación venezolanos -pagados por la patronal, la misma que patrocinó el golpe de estado de 2002, aplaudido por el entonces Presidente español Aznar- y, entre otros, los españoles -pagados por nuestra patronal-, con un simplismo tan populista como el de Chávez. Chávez habrá sido golpista. Pero mientras se haya reconvertido a la democracia, nada hay que objetar. Ha ganado todas las elecciones salvo este referendo -por los pelos sólo-. Lo triste es que apoyemos a una patronal corrupta y golpista y que riamos las gracias de nuestro Jefe del Estado que ha insultado a Chávez y a Ortega y, por lo tanto, a sus ciudadanos y países. Da grima este nacionalismo de pandereta. Y los medios españoles, aplaudiendo con las orejas. Penoso.