Noticias de Cantabria
03-03-2009 10:00

Gana España

Las elecciones vascas y gallegas cambian significativamente el panorama político nacional, y dejan seis reflexiones y una conclusión final.

Primero, el nacionalismo disgregador pierde dos de los cuatro gobiernos autonómicos en los que tenía influencia, restan Cataluña y en menor medida Baleares.  La desaparición del independentista BNG y del acomodaticio Touriño en Galicia es una noticia casi tan buena como que el PNV, tras casi 30 años en el ejecutivo vasco, deje paso a alguien que no sea separatista.

Segundo, el Partido Popular obtiene una gran victoria en Galicia y en el País Vasco pasa de tener 15 parlamentarios sin influencia real a 13 diputados realmente determinantes. En ambos casos el partido de Rajoy pasa de la ingrata oposición a la puesta en práctica de políticas efectivas.

Tercero, el PSOE gana en un sitio –en caso de que Pachi López sea Lehendakari- y pierde en otro, pero se deja en el camino dos importantes apoyos en el Congreso de los Diputados, el PNV, que piensa morir matando y tiene 6 escaños, y el BNG, con 2 parlamentarios, que  ya ha dejado de ser su socio.

Cuarto, queda refutada aquella teoría sociológica por la que a mayor participación más voto de izquierda. Así, en Galicia, donde hubo record de electores Feijoo fue el único que creció y la izquierda tuvo su mayor hundimiento. Ni la izquierda es más abstencionista, ni la derecha vota más, depende. El valor de esa teoría sobre la participación, es el mismo que aquella que habla de techos y suelos electorales, que suelen romperse con cada elección, es decir, ninguno, tonterías sociológicas.

Quinto, la indefinición es tan mala como la ineficacia en el gobierno, así Ezker Batúa, los socios vascos de IU, quedan al borde de la extinción tras su apoyo al plan Ibarreche, las imposiciones lingüísticas y otras fechorías que se compadecen mal con una ideología supuestamente socialista, internacionalista y redistributiva. Lo mismo puede decirse de Eusko Alkartasuna, a caballo entre el PNV y Batasuna.

Sexto, además de que ya los terroristas no tendrán cobertura parlamentaria, una parte del voto radical ha ido a Aralar, de ideas abertzales pero que condena la violencia, y ha optado por no seguir la recomendación del entramado etarra de votar nulo y por reintegrarse en el sistema democrático.

La conclusión final es que, si tras estas elecciones, como siempre, habrá muchos partidos que se sientan vencedores, indudablemente quién sí ha ganado ha sido España, la constitucional, la que respeta la libertad lingüística y la pluralidad, la que no eleva nuevas barreras y reafirma el deseo de unidad.

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