¡Feliz año bisiesto!
Comenzamos este año bisiesto de 2016 con las mayores incertidumbres políticas desde los inicios de la Transición, pues los resultados electorales del pasado 20 de Diciembre, nos han dejado una situación diabólica...

Comenzamos este año bisiesto de 2016 con las mayores incertidumbres políticas desde los inicios de la Transición, pues los resultados electorales del pasado 20 de Diciembre, nos han dejado una situación diabólica a la que habrá que echar mucha audacia, diálogo, generosidad y sentido común, como ya se hiciera hace casi cuatro décadas en que se logró poner al país en la senda de la concordia, la democracia y el progreso.
El contrapunto a todo este dislate en que está sumido el país, lo puso el Rey Felipe VI en su discurso de la Nochebuena. Un discurso bien construido, poniendo los puntos sobre las ies y demostrando que conoce nuestro país y nuestras gentes a la perfección, que ya quisieran para sí muchos de nuestros vociferantes políticos.
Y lo quiso hacer desde el Salón del Trono del Palacio Real, para acentuar el simbolismo de la grandeza de España y, al tiempo, transmitir que el mismo es patrimonio de todos los españoles. Y lo hizo con la bandera de España, en traje azul marino y con una corbata también azul con puntitos de color rosa y carmesí (algunos, cegatos ellos, quisieron verla morada).
Nos previno para ahuyentar los viejos demonios del pasado histórico y habló de “entendimiento, diálogo, concordia, defensa de la legalidad y unidad de España”; exigió “rigor, rectitud e integridad en la vida pública” y se centró en la “economía, la crisis y el terrorismo”, pidiendo un esfuerzo de todos para generar “empleo y empleo digno” y “reducir las desigualdades” que se han acrecentado por la crisis. Y no se olvidó de nadie, especialmente de los más desfavorecidos, como los parados, los refugiados o los inmigrantes…
“¡Es más necesario que nunca reconocernos en lo que nos une!” (Felipe VI, dixit).
Mucho me temo que muchos de los voceros que han atacado de forma inmisericorde el discurso, no se le han leído ni le han escuchado (Cada uno escucha e interpreta lo que quiere) y han respondido con la bilis de su ideología sectaria, desintegradora, revanchista y excluyente.
…Pues les aconsejo que lo escuchen con rigor y espíritu constructivo:
http://www.casareal.es/ES/Documents/20151224___mensaje__navidad_rey___24122015__rey_es.pdf
El discurso ha dejado al descubierto las dos Españas que lamentablemente tenemos hoy en día, en función de su ideología y de la respuesta dada a un discurso impecable: los que están con la Constitución, las leyes, la convivencia, la concordia y el deseo ferviente de progreso y bienestar para todos; por otra parte, los que están en contra del orden establecido, incluida la propia Constitución, deseosos de romper este país en trizas y buscando en este río revuelto, la ganancia de pescadores (La izquierda radical y el separatismo).
Como escribió Antonio Machado, “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Qué triste es repetir errores del pasado, especialmente por aquellos que secuestran o manipulan la Historia.
Que no le queda duda a nadie que estas dos Españas van a enfangarse lo indecible, mientras la gran mayoría mirará atónita esta trifulca, sin hacer nada, en silencio cómplice.
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