El horario del ordeno y mando

…Pero vayamos con los horarios, cuyo debate se ha abierto en nuestro país y es una cuestión importante que debe debatirse y, probablemente, adoptarse algunas decisiones legales que racionalicen alguna de nuestras costumbres y formas de vida.

¡Pero cuidado con atacar frontalmente nuestras costumbres!

Hace más de siete décadas, se adoptó el acuerdo de poner nuestro horario acompasado con el “Meridiano de Berlín”, en detrimento con nuestra posición real en el “Meridiano de Greenwich”, que es el que verdaderamente nos corresponde y hasta atraviesa nuestro país. Por lo tanto, sería una decisión adecuada y razonable y podría hacerse, aprovechando uno de los cambios de hora que hacemos cada año.

Otra cuestión es que los trabajos de jornada doble en sectores productivos finalicen hacía –ojo al término- las seis de la tarde como mucho. Y yo estaría de acuerdo, porque ello conciliaría la vida personal y familiar de muchos ciudadanos.

Probablemente, esta medida podría ir unida a otros aspectos, como la flexibilidad de entrada y salida del trabajo, allí dónde es posible, cosa que ya hacen muchas empresas; facilitar el teletrabajo allí dónde sea factible. Quizás habrá que conceder menos tiempo para el almuerzo y que éste sea más liviano para no sestear en la tarde. Y así podríamos seguir desgranando muchos otros aspectos, bastante fáciles de llevar a cabo, poco a poco.

Pero cambiar las costumbres y adaptarlas a Europa, va a ser una tarea más difícil, inútil y podría que hasta contraproducente.

Veamos:

a) Vamos a mantener abierto el comercio hasta horas más tardías de la tarde o cerramos también a las seis de la tarde?

b) Mandamos echar la persiana a los miles de empresarios autónomos que están ahora con el agua al cuello?

c) Mandamos a los ciudadanos a su casa para que, como los europeos, cenen pronto y se vayan a la cama a horas más tempranas?

d) Cerramos la hostería pronto?; Y los cines?; Y los centros culturales, pabellones deportivos, etc.?

e) Paramos a esa hora, casi taurina, los transportes, la policía, la sanidad o es que sus trabajadores no van a tener el derecho de las seis?

f) Adecuamos los horarios de la TV a estas nuevas “costumbres?

¡Cuidadín, cuidadín….!

Pues, miren; a mi me gusta el ambiente que tenemos en España  todas las tardes, con la gente paseando por las calles, los centros culturales, artísticos y deportivos funcionando, el comercio abierto, la hostelería a tope y pudiendo ir a cenar a muchos sitios a horas que en Europa se echan las manos a la cabeza; y además, es posible que esto sea uno de los atractivos del turismo en España, especialmente los millones de europeos que nos visitan.

Incluso me gusta que en las tardes soleadas, nuestros niños jueguen en las plazas de las ciudades, parques y hasta el las callejas de los pueblos. ¡Me parece que es vida!.Si nos metemos en casa a las seis, puede hasta subir el índice de divorcios.

Y me produce cierta tristeza ir a las ciudades europeas que a partir de las siete de la tarde se quedan vacías, aunque haga un sol espléndido. Y es difícil buscar un local para tomarse un café o una cervecita. Y cenar, ¡No te digo!.

Yo podría seguir haciendo muchas preguntas retóricas, hacer reflexiones, realizar propuestas y entrar a fondo en el debate…

Pero sólo me voy a limitar a hacer una sugerencia: hágase un marco general razonable, créense unas pautas, marquemos unos límites flexibles, pero demos la suficiente libertad para que todos podamos decidir qué es lo que queremos y podamos llevarlo a cabo, mientras no invadamos el territorio de los demás.