El desconcierto español de Zapatero

Hace justo un mes escribí un artículo titulado “El PSOE regresa a España” en el que denunciaba el interesado giro de los socialistas aparentemente a favor de lo que une a los españoles, ahora acabo de leer en el diario El País una amplia noticia que encabeza con “El gobierno recupera España”.

Como el mal estudiante a última hora y con precipitación, a sólo siete meses de que los ciudadanos elijan a Mariano Rajoy como nuevo presidente o mantengan al errático Zapatero en el poder, el gobierno socialista ha dado un giro, puramente cosmético, a su política de comunicación.

Así el cambio semántico del PSOE, animado tanto por las millonarias manifestaciones que inundaron nuestro país con las cesiones ante ETA y el Estatut, como por los dos fracasos electorales en autonómicas y municipales, no es un gesto aislado y está perfectamente diseñado.

De esta manera a la prohibición a los socialistas navarros de pactar con Nafarroa Bai, hay que sumar que las nuevas campañas publicitarias que el actual ejecutivo prometió no hacer sobre la gestión nacional ya no vienen rubricadas por el ministerio correspondiente sino con un remarcado “gobierno de España”, cosa que también se hace con el nuevo logotipo pronto se hará público o en el proyecto de RTVE que tiene el propósito de favorecer la “identidad de España”.

Después de habernos dejado mancos, ahora vienen con las tiritas.

Tras más de tres años erradicando en el parlamento los vínculos entre españoles, sin una adecuada educación común, suprimiendo en cincuenta ocasiones la palabra España en la nonata Ley de Dependencia, reconociendo himnos y banderas “nacionales” a partes de nuestra nación, tratando de “hombres de paz” a asesinos separatistas y vaciando nuestra Constitución para complacer demandas independentistas, ahora va y manteniendo el fondo de sus errores, quieren cambiar las formas para acercarse a la mayoría de los españoles que está por el mantenimiento y la mejora de todo lo común.

El cambio es notorio, y aunque sea interesado y temporal debería ser bienvenido de no ser tan falso como su comportamiento acredita allí donde el PSOE gobierna.

El último ejemplo lo acabamos de tener en Baleares donde, con reciente ejecutivo socialista, se va a sancionar a los comercios que no rotulen en catalán y tengan algún dependiente que hable esa lengua con la misma gravedad que si se vendiese alcohol a un menor.

En Cataluña mientras cientos de miles de sus ciudadanos se quedan sin luz, sin trenes y colapsados en las carreteras, el gobierno de Montilla se dedica a sancionar a 62 empresas por rotular en castellano o a notificar sanciones a una veintena de aerolíneas nacionales e internacionales con multas hasta de 59.000 euros por no utilizar el catalán en documentos en el aeropuerto de El Prat. Además el tripartito catalán se plantea el control lingüístico del patio de los colegios en los que aún pervive como mayoritario el idioma de Cervantes.

Finalmente en Galicia el radicalismo llega hasta los cementerios donde se subvenciona la sustitución de lápidas en español por otras en gallego y ahora los socios del PSOE, el BNG ha manifestado que debe ser exigible el conocimiento del himno de aquella comunidad que afirma que “Los buenos y generosos nuestra voz entienden,...,los ignorantes, los fieros, y duros, imbéciles y oscuros no nos entienden.”

Viendo lo que hace el PSOE donde gobierna con socios nacionalistas, como en Baleares, Cataluña o Galicia, adquiere mayor valor el triunfo de Camps en nuestra Comunidad Valenciana dado que tal y como advirtió Esquerra Unida, los socialistas pondrían el presidente –Pla- y ellos el programa que incluía entre otras muchas lindezas “Programas de inmersión lingüística en la escuela en catalán en todo el País Valenciano”, es decir, erradicación del derecho a ser educados en lengua materna que tenemos en nuestra autonomía, desaparición de la libertad lingüística en definitiva.

Desgraciadamente para todos los españoles este cambio de Rodríguez Zapatero, que ya advirtió que el concepto de nación era algo “discutido y discutible”, hacia “lo español”, es puro maquillaje, algo meramente semántico y con fecha de caducidad en las próximas elecciones generales.

Miguel Barrachina Ros. Diputado Nacional del Partido Popular.