Noticias de Cantabria
16-10-2017 13:52

Cortina de humo climática

Si, como afirma la NASA, por medio de Bruce Jakosky en sus trabajos publicados en la revista Science, el planeta Marte, debido a circunstancias difíciles de evidenciar, tras enfriarse su núcleo, perdió su campo magnético, que provocó el desencadenamiento de un fuerte viento solar...........

Si, como afirma la NASA, por medio de Bruce Jakosky en sus trabajos publicados en la revista Science, el planeta Marte, debido a circunstancias difíciles de evidenciar, tras enfriarse su núcleo, perdió su campo magnético, que provocó el desencadenamiento de un fuerte viento solar, que favoreció el barrido de su atmósfera y desnudó su superficie, que acabó provocando el cambio climático atípico, que transformó un teórico planeta cálido, y cubierto de agua líquida, en un planeta desierto y frío, tal como se le viene fotografiando desde hace cuarenta años.

Esta hipótesis presentada, y expuesta, es debida, no cabe duda, a alguien que no estuvo presente en el pasado; sin embargo, llama la atención por lo interesante que resulta, aunque difícil de constatar, sí posible de sospechar en un futuro. Si tal como parece puede haber ocurrido, no deja de sorprender el desconocimiento del tiempo transcurrido entre el enfriamiento del núcleo marciano y el aspecto deshabitado que reina en su superficie. Y es precisamente ese precioso tiempo, como previsión, el que necesita la especie humana para desarrollar una tecnología capaz de frenar, tanto el enfriamiento del núcleo terrestre como la pérdida del campo magnético terrestre.

Es casi imposible concebir algo nuevo, desde el punto de vista tecnológico, sin que se pague por ello, incluso es inviable; sin embargo, diariamente se anuncian diseños cada vez más baratos que nunca llegan a ver la luz.

Esta teoría no simplifica la murga diaria de los gases y regüeldos emitidos por la especie humana, sin olvidarnos de los animales, ya que al no entenderse muy bien, lo más sencillo es hacer propaganda y echar mano de lo más cercano, comprensible, y machacante, tal que el cambio climático atípico se debe al escape de gases hacia el espacio, sin más.

Últimamente, aparte de las famosas emisiones de dióxido de carbono (CO2) se mencionan otras emisiones guardadas en la recámara, para ser utilizadas en su momento, sin dar mucha publicidad e importancia, porque afecta de lleno a la industria del automóvil movida por energía que, en su combustión, desprende dióxido de nitrógeno (NO2), gran contaminante, que aumenta con el tráfico rodado, aunque fluctúa, según las casas fabricantes y no digamos según qué regiones.

Ambas teorías: el efecto gaseoso y el enfriamiento del núcleo planetario, aparte de que, entre ellas, falta el nexo, ¿son comprensibles y compatibles?, porque lo fácil es continuar echando la culpa a los gases de siempre, y por todos conocidos. Así que de gases, en términos absolutos, nada, y de ley natural terráquea, lo que toque en esta época, y a vivir con ello. Reiterar que todo es cíclico nunca viene mal, pues al mismo tiempo que el Océano Glaciar Ártico se descongela el Océano Glaciar Antártico aumenta su superficie helada.

 

Sí se debe tranquilizar a quienes se ponen tan nerviosos y tratan de poner al resto de la Humanidad ante algo imprevisible, aunque claro, como es que el planeta Tierra, en breve, se desconoce si habrá o no un calentamiento/enfriamiento. Todo lo que vaya en contra de la evolución natural planetaria fracasará, debido a que paulatinamente/progresivamente va adaptándose más rápido de lo que el humano pretende ser. La prepotencia humana se demuestra cuando se trata de colocar, como se hace, parche tras parche, en vez de investigar sobre las leyes del planeta. Al final, todo ello son como cortinas políticas de humo que venden a cambio de no implicarse en el final de las guerras, la hambruna.

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