Cataluña en España
MIGUEL BARRACHINA: "Rafael Casanova y el derrotado bando austríaco luchaba por una España descentralizada, respetuosa con los fueros regionales, distinta del modelo francés centralista, posiblemente como la de la Constitución del 1978".
Produce espanto observar como el independentismo ha prostituido la celebración, que tuvo lugar ayer, de la Diada de Cataluña, en la que se conmemora, ante el monumento a Rafael Casanova, con una ofrenda floral, la caída de Barcelona a manos de las tropas borbónicas en la Guerra de Sucesión Española el 11 de septiembre de 1714.
Conviene recordar que antes había caído Valencia y un año después se entregaba Mallorca, y a todos ellas, torpe e injustamente, se les impusieron los decretos de nueva planta por los que se derogaban sus fueros.
El propio Rafael Casanova, conseller en cap de Barcelona, defensor de la ciudad y ahora aupado a la condición de símbolo de la “nación catalana” hizo la siguiente proclama reclamando ayuda a sus vecinos en el recordado día 11 de septiembre de 1714: “se confía que todos como verdaderos hijos de la patria, amantes de la libertad, acudirán a los lugares señalados con el fin de derramar gloriosamente su sangre y vida por su rey, por su honor, por la patria y por la libertad de toda España”.
Pues eso se debería conmemorar en la Diada la lucha “por la libertad de toda España”, por una nación diferente a la centralizada que entonces se impuso y de la que hoy ya nada queda.
Rafael Casanova y el derrotado bando austríaco luchaba por una España descentralizada, respetuosa con los fueros regionales, distinta del modelo francés centralista, posiblemente como la de la Constitución del 1978, pero no por una España dividida.
Ha sido especialmente oportuno que un día antes de la celebración de la Diada, en la Junta Directiva del PP que eligió a Mariano Rajoy candidato a la presidencia del gobierno, éste afirmara sobre Zapatero, que “para él España no es una realidad nacional histórica, es simplemente una realidad contable, un reparto de competencias y de transferencias según convenga a sus intereses. Y que esto afecte a la viabilidad del Estado o a la igualdad de los españoles no importa. Lo que importa es lo que le convenga a él en cada momento concreto.”
Con un presidente como Zapatero no es de extrañar que los ayuntamientos socialistas de Cataluña arríen la bandera común o que su homólogo en la Generalitat, el Sr. Montilla, haya afirmado que la Diada es “un día de celebración de lo que hemos llegado a ser como nación" en referencia a Cataluña, mientras que su homenajeado Casanova, como hoy Rajoy, cuando hablaban de nación era de la española.
Miguel Barrachina Ros
Diputado Nacional por Castellón
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