Noticias de Cantabria
01-07-2008 11:00

Angustia económica

Concluido ya el merecido homenaje a la mejor selección nacional de España de nuestra historia, vuelve a imponerse la cruda agenda económica, por más antipatriótico que le pueda parecer a Rodríguez Zapatero.

   La situación inequívoca de crisis, viene dada objetivamente por dos elementos; caída intensa en el crecimiento (del 4.1% al 1.2%) económico PIB y aumento del paro (315.000 desempleados más en el último año). A estos dos elementos en España se agrega un tercer indicador de la gravedad de la situación; la inflación desbocada, hoy los precios crecen al 5.1% cuando se heredó, del ejecutivo popular, en marzo de 2004, un aumento de sólo el 2.2%.

   Por más maestría que tenga el ejecutivo socialista en la manipulación del lenguaje, el español medio cree que, cuando del bolsillo se trata, tonterías las justas. Los mismos que aceptaron llamar a la negociación con los criminales “proceso de paz” o al trasvase del Ebro “aportación hídrica puntual” a la crisis le llaman crisis.

   Una vez reconocida la situación, cabe ponderar la gravedad, que a mi juicio es muy alta y con elementos singulares. Sólo en los últimos 12 meses la suma del aumento de la inflación y del crecimiento del tipo de interés ha hecho perder más de un 15% de poder adquisitivo, como media, a quién tenga contraída una hipoteca.

   Y lo peculiar, es que a pesar del estancamiento económico y del desplome en la demanda, los precios siguen subiendo, lo que no ocurría ni en la etapa de González cuando subió el paro pero se controló parcialmente la inflación.

   Esto supone que estamos ante una inflación de demanda, la habitual, por un exceso de consumo, sino ante una inflación de oferta, que se resolvería responsabilizando al aumento del precio del crudo, sino fuera porque este problema lo tienen todos y sólo nuestra inflación alcanza el 5.1%, en la Eurozona están en el 3.7%.

   Luego el problema es propio, el componente español es superior al internacional en esta crisis y nos recuerda además, que en 2001, en plena recesión mundial España creció el doble que la zona euro. Ahora ocurre exactamente lo contrario.

   ¿Y el futuro inmediato? Aún a riesgo de equivocarme, creo que ante la caída en un 23% de la bolsa, en la que invierten sus ahorros diez millones de españoles, y la depreciación de los 23 millones viviendas, va a empezar a actuar un “efecto riqueza inverso”, es decir, la gente se va sentir empobrecida y va contraer su consumo aún más intensamente, lo que moderará el aumento de precios pero arrojará escalofriantes cifras de paro. ¡Que vengan pronto las olimpiadas!

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