¿A dónde va el PSOE?
La pregunta no tiene respuesta única, sus militantes tampoco lo saben, y dependerá del territorio o sensibilidad del socialista al que se le pregunte para obtener una respuesta distinta, y cada vez más distante.
Que la mayoría de socialistas catalanes está a favor de un referéndum por de la independencia de su autonomía ya no es una sospecha sino un dato demoscópico, y que este, es un viraje reciente también es otro dato.
Si sobre a dónde van los socialistas pueden hacerse quinielas múltiples, en lo que no debiera existir discrepancias es sobre de donde vienen, y que ese origen, el de toda la izquierda nacional, es profundamente español.
El socialismo, durante la II República, periodo tan añorado por Rodríguez Zapatero como, al parecer, ignorado, escribía en el editorial de su publicación orgánica: “Al proletariado catalán le tienen sin cuidado la autonomía, la independencia y todas esas garambainas que hoy esgrime la burguesía con una picardía capitalista admirable. Para los trabajadores catalanes, como para los trabajadores de todo el mundo, lo esencial no es crear nuevas fronteras, sino borrar las existentes” El Socialista (7/7/1931).
A finales de ese mismo año un nuevo editorial de El Socialista sentenciaba: “Todos los nacionalismos son reaccionarios, aunque se disfracen de un ropaje liberal y democrático. Y no solo son reaccionarios, son al mismo tiempo perturbadores”.
Y con idéntico entusiasmo se expresaban en Cataluña las Juventudes Socialistas de Barcelona "dispuestas a todo para impedir el triunfo del separatismo reaccionario que pretende aislar a Cataluña del resto del mundo y defenderán, poniendo a contribución todo su esfuerzo, el idioma español como lengua usada en todos los grados de la enseñanza dependiente del estado".
¿Sabrá Montilla que su lengua materna, el castellano, era defendido sin complejos y con tal claridad por los sus predecesores?
¿Cómo se concilia, este origen, marcadamente español, con el actual seguidismo del separatismo? De ninguna manera, presente y pasado es irreconciliable en el socialismo español, e incomprensible verlos en una manifestación en la que se dice: "Som una Naciò, nosaltres decidim".
¿Para qué tanto exhibir pedigrí centenario, por parte del PSOE, nacido en 1879, si su comportamiento actual sería sencillamente irreconocible por su fundador, Pablo Iglesias, y aquellos que lo representaron durante tantos años?
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