¿Violencia de género?

¿Qué está pasando?

Creo que el tema es un motivo de reflexión y voy a lanzar algunas cuestiones que se suelen debatir en tertulias privadas, pero que nadie osa decir públicamente, porque es políticamente incorrecto, porque las progresistas feministas lo politizan todo y…

A mí no me gusta mucho eso de “de género”, porque la violencia se puede ejercer contra la mujer, también contra el hombre, contra la pareja del mismo sexo, contra los padres, contra los hijos, etc., sin excluir algo que va en aumento que es la violencia en el ámbito escolar. ¡Hay que luchar contra todas!

Los ciudadanos no podemos comprender que se hayan asesinado en España casi un millar de mujeres en los últimos quince años, dejando tras de sí un reguero de rabia, rencor, salvajismo, dolor, infamia, huérfanos y daños cuantiosos; pero tampoco se puede culpabilizar, con carácter general, a los hombres, como si fuera un enfrentamiento de hombres contra mujeres y viceversa. La mayoría de los hombre y mujeres de este país nos respetamos, ayudamos, convivimos, tenemos hijos, los cuidamos y educamos y envejecemos juntos.

Para el violador y para el asesino (¡Ojo, para ambos!), sentencia de prisión permanente revisable; y aún debiera ser más rigurosa en el caso de que se ejerciera contra un menor, contra un hijo, contra un padre… Tenemos casos recientes en nuestro país que son sangrantes, que han sido una cuchillada a nuestra conciencia, que nos llevan a decir, ¡Basta!

Probablemente hay demasiada violencia escondida que no sale a flote, porque no está de moda en todos estos ámbitos que he descrito y, quizás, alguno más, como pudiera ser violencia entre vecinos o entre trabajadores…. ¿Estamos generando una sociedad violenta?

Otro tema, muy espinoso, es el de las subvenciones que miles de entidades están recibiendo a cuenta, sobre todo, de la “violencia de género” y que en demasiadas ocasiones sirve para fines bien distintos y esto lo saben mejor que nadie las entidades que las conceden y, lógicamente, quienes las reciben y disfrutan, algunas de las cuales se han puesto como auténticas basiliscas. Andalucía es un claro ejemplo y me queda la duda de que el nuevo gobierno se atreva a desenmascararlo en toda su dimensión.

No es políticamente correcto describir aspectos de los maltratadores y criminales de esta violencia “de género” que sufrimos en España, pero es un hecho que la mayor prevalencia, en datos relativos, es de personas que no son de origen español. ¡Si lo dudan, observen simplemente las acaecidas en este mes de enero, comenzando por el crimen de Laredo!

Siendo gravísimos los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas, también me preocupa, por ejemplo, la violencia y chantaje que reciben muchos padres de sus

hijos, a veces menores de edad. Observen las denuncian de padres acongojados por sus hijos y los muchos más que sin denunciar están sometidos al chantaje y la amenaza de sus retoños… ¡Algunos me dicen que los hijos desde bien pequeñitos son ya unos dictadorzuelos! Y por muy pesados que se pongan los infantes, que nadie ose darles un azote, como se ha hecho en el pasado.

Y los hijos que se desentienden de sus padres, mayores y desvalidos, a los que dejan abandonados, tal como ya lo describiera Manuel Llano hace casi un siglo. ¡Y hay muchos más casos de los que parece! Pregunten en algunas residencias de mayores, con personas “aparcadas allí”, que reciben las visitas de sus hijos o nietos muy de tarde en tarde y con prisa…

¿Nos metemos en la convivencia escolar, laboral o vecinal…? Aquí habría un filón, que pudiera ser objeto de una larga tesis.

Y volviendo al principio, es preocupante la relación de algunas parejas de jóvenes, muy jóvenes, donde el “machismo” o el “feminismo” se proyectan crudamente, con auténticos chantajes sexuales o de protección de la intimidad, que quizás sean el inicio de problemas más serios después…

A este respecto, les adjunto un video de gran interés, que les ruego escuchen…