Luís Pérez Portilla, un quesero con vocación… , por Pedro Arce Díez
Luís Pérez Portilla (Escobedo, 1991) es uno de los queseros más jóvenes de Cantabria que ha entrado con buen pie en este mundo empresarial y artesanal, pues nada más ponerse manos a la obra, ha conseguido una medalla de plata en el World Cheese Awards, el más prestigioso concurso internacional de quesos de todo el mundo y que este año se ha celebrado en Bergen (Noruega).
El premio corresponde a la categoría de queso semicurado de leche cruda de oveja, de pasta prensada, que hacen con mimo y buenos resultados en su Quesería El Pendo (Escobedo de Camargo), junto con su hermano Andrés.
No tiene una larga biografía, pues por su edad tiene mucho más futuro que pasado. Luís comenzó sus primeros estudios en Torre del Bierzo, comarca leonesa del Bierzo, lugar de buenos productos, y de donde es su padres; cuando tenía siete años, la familia volvió a Escobedo y continuó su formación en el Colegio “Mateo Escagedo Salmón” de Cacicedo; realiza la ESO y el Bachillerato en los institutos del valle de Camargo y después estudia el Grado Superior Forestal en el IES de Heras (Medio Cudeyo), pero no resistió el fuerte olor y sabor del queso y siguió ese rastro, primero en los cursos de los Laboratorios Arroyo de Santander y después siguió especializándose en el País Vasco y Francia, hasta convertirse en un maestro quesero.
Fue un buen estudiante y listo en los ciclos de enseñanza y podría haber realizado los estudios que su vocación y circunstancias le hubieran permitido; ¡pero no!, quería realizar un sueño a partir del trabajo ganadero de la familia y el gusanillo del amor a la tierra de sus mayores, le ató a este mundo de la ganadería y el queso. ¡Y ha entrado por la puerta grande! Y muy pronto ha podido recoger el reconocimiento de su esfuerzo, con el premio conseguido en Noruega, que es un espaldarazo a su buen hacer que le llena de satisfacción por el trabajo bien hecho y que le impulsa a seguir con ahínco en este mundo quesero.
La familia tenía un rebaño de animales que cuidaba al modo tradicional y Luís y Andrés reconvirtieron el negocio familiar para dar un valor añadido al producto de la leche y convertirla en queso; empezaron en febrero de 2018 y pudieron poner los primeros quesos en el mercado en abril de este mismo año,…
Tienen un rebaño de ovejas de las razas asaff israelita y autóctonas de raza lacha que pastan en la finca que poseen en Cacicedo y Escobedo donde las ordeñan y las atienden, trabajo que consiste en sacarlas a pastar o darles de comer, limpiarlas, atender los partos, ordeñarlas, dar el biberón a las crías,… He podido ver su rebaño y las ovejas están en un ambiente natural espectacular, con unos pastos frescos y de gran calidad. Esto es básico para obtener una leche de calidad y para que salga un queso especial, donde puedan saborearse esos matices organolépticos que definen a un queso artesano, especial y único.
La leche ordeñada la trasladan a la quesería que tienen en Escobedo de Camargo y suele ser Luís quien elabora el queso; es un queso muy suave, de un sabor característico y exquisito y ya están pensando en elaborar otras variedades para diversificar el producto, que actualmente venden en la propia quesería y en algunos comercios de Santander y Camargo; además, son habituales a las muchas ferias que se celebran en Cantabria, donde han cosechado una excelente aceptación, ofreciendo amablemente el producto y conquistando a los asistentes.
Como han empezado hace poco en este mundo del queso, participan en cuantas ferias se celebran a lo ancho y largo de Cantabria para darse a conocer y allí se les puede encontrar a Luís y a su padre o su hermano, pregonando las excelencias del producto, mostrando sus quesos, invitando a probar los trocitos que pone sobre el mostrador y dar todas las explicaciones que los clientes demandan; después es muy difícil sustraerse a no adquirir un rico queso que Luís elabora con todo el cariño y primor, porque lo artesanal tiene alma y Luís pone toda su alma y el esfuerzo correspondiente para que salga el mejor queso del mundo.
A veces solemos quejarnos de que los jóvenes no dan un paso adelante en el mundo empresarial y menos en el sector primario o actividades derivadas del mismo, sobre todo aquellas que exigen un trabajo continuado, donde es difícil tomar vacaciones o, simplemente, salir un fin de semana y olvidarse del trabajo.
…Pues Luís Pérez es un joven que rompe moldes y ha afrontado la vida personal y laboral en el mundo del queso y lo está haciendo con ilusión, ímpetu, constancia, pundonor y seguridad y seguro que llegará hasta donde se lo proponga.
Probablemente Luís sea un buen ejemplo de emprendedor para otros jóvenes; pero es, sobre todo, un buen ejemplo para quienes deseen montar una quesería, hacer buen queso y vivir de ello. Y hay que decir que trabajar para uno mismo ya es una satisfacción que impulsa a trabajar con ahínco; aunque también es verdad que ello lleva a asumir riesgos.
Como tantos queseros han tenido que pasar por los trámites administrativos para tener montada la quesería con todas las exigencias, lo que les ha llevado más de dos años. Incluso habría que añadir que el actual sistema administrativo y burocrático que tenemos, no facilita la creación de empresas, por la cantidad de papeles que hay que presentar, las gestiones que es preciso hacer, los costes que hay que adelantar antes de su funcionamiento. A veces, esto hace desistir a muchos emprendedores y se inclinan por el trabajo por cuenta ajena, que genera menos problemas.
Y el nombre de la quesería es un acierto, pues la cueva prehistórica del Pendo, cercana a su casa y a la quesería, tiene una historia que se remonta miles de años atrás y donde han aparecido útiles de la Prehistoria, como su famoso bastón de mando; y El Pendo ya tiene en su entorno una viña y una bodega y ahora también tiene una quesería. Sólo el nombre ya tiene tirón comercial. Pero es que, además, elabora un queso artesanal de gran calidad; no en vano, ha elegido un lema que el público sabrá valorar: “El queso tal y como era”.
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Comentarios(7):
Felicidades a Don Pedro Arce Diez por darnos a conocer como la producción artesanal y familiar del queso en poblados de Cantabria se está desarrollando y difundir el esfuerzo de los jóvenes emprendedores. Enhorabuena
El esfuerzo ,sobre todo mental de estos muchachos aventurados y valientes es un ejemplo de superación personal.
Cada dia esta mas demostrado que la consejería de Rural y al rente Oria ha sido lo peor de Cantabria No ha aportado nada a estos emprendedores Se ha quedado toda la legislatura aullando
Hay que ayudar a los emprendedores y a los jóvenes para que inicien su vida profesional, en vez de ponerles traban continuamente, palabrería hueca de campaña electoral e impuestos que les fríen y se llevan sus beneficios que han conseguido con sudor...
Y la consejería de Rural ni se entera de estos emprendedores esta a uvas
A ver si esta vez ponen al frente de Rural un consejero medianamente apto.Ha sido la peor consejería
¡Qué buenos son los quesos Cántabros!