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Opinión 16-07-2019 16:18

Los Californios, por Francisco Glez-Riacho Colongues

Estoy en estos días inmerso en la lectura de una novela de crimen y misterio, Donde Fuimos Invencibles, escrita por María Oruña, cuya trama se desarrolla en Suances. Un crimen que se produce en el Palacio del Amo, propiedad de la familia Del Amo.

 

La historia de esta poderosa familia, comienza con el nacimiento en Santoña de Gregorio del Amo en 1.858. Este se licencia en medicina y se va a ejercer a Sudamérica, pero no puede porque no le convalidan el título, yendo más al norte a California donde conoce y se casa con una california 15 años mayor que él, cuyo padre era un ranchero millonario, dueño de un inmenso rancho de 300 kilómetros cuadrados en Los Ángeles, llamado San Pedro.

Se llamaban californios los descendientes de españoles que, desde la conquista de Sudamérica en el siglo XIX, permanecían en California. En Suances a los Del Amo, también les llaman los californios.


Gregorio del Amo, se casó con la rica heredera, Susana Domínguez y después de dejar la medicina, fue nombrado cónsul en San Francisco. Posteriormente, comenzó a recorrer Europa y mandó construir el Palacio del Amo en Suances, para pasar los veranos en esta villa, de la cual se enamoró.


Fundó Del Amo Foundation, su gran obra, una fundación que concedió becas a ambos lados del Atlántico, creó un seminario en California, siempre junto con los Claretianos y el primer colegio mayor de la Ciudad Universitaria de Madrid, el de los jaimitos. Estas obras sociales, eran lo que más le motivaban, la educación y la investigación, hechos que le hacen grande.

 


En 1.922, descubrieron petróleo en su rancho de Los Ángeles, haciéndose mucho más rico de lo que eran entonces. Crea Del Amo State Company para la gestión de los pozos de petróleo y dedica buena parte de sus beneficios a fines filantrópicos y culturales, lo cual le engrandece.


Este matrimonio adopta a dos niños sevillanos, que resultaron ser hijos verdaderos de Gregorio, como consecuencia de una infidelidad. El pequeño Carlos murió de una enfermedad y el otro, Jaime, siguió la saga, llegando a ser presidente de la compañía petrolífera.


En 1.941 murió Gregorio y Jaime heredó todo, incluyendo el Palacio del Amo y otro en Iruz. Jaime vivía a caballo entre California, Suiza y Suances. Como le gustaba mucho el cine creó Cantabria Films, se casó tres veces, siendo su última mujer Jane Randolph, guapísima y famosísima actriz de aquella época. Para la Warner Bross, rodó La Princesa de Éboli, entre otras muchas películas.


Jaime creó en Los Ángeles el Del Amo Shopping Center, el centro comercial más grande del mundo y que hoy día sigue siendo uno de los más grandes de los Estados Unidos. Llegó a ser el hombre más rico de los Estados Unidos y del mundo, aunque solo vivió 53 años. Continuó con la labor social que su padre emprendió, terminando el colegio mayor, destruido en la guerra civil. Por eso a los residentes en ese colegio, les apodan los jaimitos. Se le concedió la Gran Cruz de Isabel La Católica y fue enterrado en Suances con honores de estado.

 

Su mujer Jane, gran actriz de Hollywood y buena deportista, veraneaba en Suances y jugaba al golf en Pedreña.

 


Nunca supe nada de esta familia, hasta leer la novela de María Oruña, y me ha sorprendido enormemente que una saga de cántabros originarios de Santoña, llegaron a ser los hombres más ricos del mundo y más poderosos de los Estados Unido, los californios. 


Sirvan estas humildes líneas, de agradecimiento a la gran labor social no reconocida, de los Del Amo.

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Comentarios(2):

Pana Botella - 18-07-2019

Cierto. Impresiona su generosidad. Yo ya sabía de ellos. Fui asidua a Suances en mi infancia

- 18-07-2019

Estupendo.Un abrazo.