Noticias de Cantabria
Opinión 14-10-2019 17:29

Espigones del Chiqui (II), por Francisco Glez-Riancho

En mayo de 2.015 y en este mismo medio, hablábamos del deterioro que está sufriendo la 2ª playa, como consecuencia de haber retirado los espigones que colgaban hacia la arena desde la Avda, Garcia Lago, vulgarmente llamados, los espigones del Chiqui.

En septiembre de 2.015, un diario de gran tirada en Cantabria, anunciaba que la Demarcación de Costas en Cantabria había sometido a información pública el proyecto de construcción de tres espigones en la segunda playa, con el fin de evitar y frenar la desaparición de la arena, que ocasionan las mareas diariamente y los daños que también ocasionan los temporales en los paseos a la orilla del mar.

Decía que dicho proyecto podía consultarse en la Demarcación de Costas e Cantabria y que en el plazo de 30 días, tras su publicación en el BOC, podrían presentarse alegaciones al proyecto.

La Secretaria de Medio Ambiente dio luz verde al impacto ambiental, para la recuperación de la configuración de la playa como estaba antiguamente y la construcción de los tres espigones en sentido contrario al muro exterior de la avenida García Lago.

Los espigones medirían 15 metros de longitud y tendrían 3, 25 metros de altura, esta cota permanecería constante a lo largo de los espigones. Se utilizarían 592,5 metros cúbicos de escollera para el núcleo de los espigones. Con la colocación de los espigones se conseguirla aumentar el perfil de equilibrio de la playa y con ello el ancho de la misma.

Calculándolo a vista de pájaro, mas o menos un 10% de la segunda playa está inutilizada y esto es mucho en una playa que en pleno verano pueden caber más de 20.000 personas. Que no se nos olvide que en verano, las payas del Sardinero, son un gran atractivo turístico para Santander, fuente de ingresos y puestos de trabajo hoteles, bares, restaurantes, ferias, servicios de transportes, etc…

La Demarcación de Costas, habla únicamente de los tres espigones, pero no dice nada del rompeolas que está medio destruido delante de la rotonda del Chiqui. Supongo que también haría su labor, al deshacer la ola que rompe contra el espigón. Alguna vez ha entrado hasta el aparcamiento del hotel, tengo experiencia en ello.

Igual es que como el tema político está tan en el aire, nadie se atreve a pulsar el botón. Viva el vino.

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