El voto, por Francisco Gónzalez-Riancho Colongues

Leyendo plácidamente en estos días de vacaciones, previos a las importantes votaciones que van a tener lugar en España, encontré este poema publicado en 1.926 por Guillermo Aguirre y Fierro, que quizá más de uno deberíamos tener en cuanta antes de ponernos delante de la urna:

El león falleció, ¡triste desgracia! y fueron,
por vivir en democracia,
a nombrar nuevo rey los animales.

Aunque a algunos les parezca tonto,
las ovejas votaron por el lobo;
como son unos buenos corazones,
por el gato votaron los ratones,
y a pesar de su fama de ladinas
por la zorra votaron las gallinas

La paloma, inocente, votó por la serpiente;
las moscas, nada hurañas,
decidieron que reinaran las arañas.
No tuvo el topo duda, como tampoco queja,
mientras votaba por la comadreja;
los peces, que sucumben por la boca,
entusiastas votaron por la foca.

Por no poder encaminarse al trote
un pobre asno quejumbroso y triste
se arrastró a dejar su voto por el buitre;
el caballo y el perro, no os asombre,
como siempre, votaron por el hombre.

Cuidado, no vayamos a hacer lo mismo que estos inocentes animalillos, pensemos muy bien lo que nos conviene, el candidato o partido que mejor vaya a defender nuestros intereses, nuestro futuro de todos, de nuestros hijos y nietos, del empleo, las pensiones y el bienestar social.

El problema del voto muchas veces, por no decir todas, es que no cumple con nuestras expectativas, porque algunos hemos podido comprobar que nuestro voto puede acabar en la sede o en manos de otro partido al que no quieres votar y que, gracias a pactos de gobierno, cambia de destino y no va donde quieres.

Siempre lo he dicho y lo vuelvo a decir, soy partidario de las listas abiertas, de la eliminación de los aforamientos y de la eliminación de la disciplina de voto.

Si voto a un político que me gusta y está en una lista, tengo que votar a toda la lista, aunque no conozca a ninguno. A mi me gustaría poder votar a las personas, claro, sin disciplina de voto.

Los diputados y senadores, deberían votar según su conciencia y no por disciplina de voto. No me puedo creer que todos los de un partido piensen igual ante un determinado asunto y que los del partido opuesto piensen todos lo contrario, como borregos.

Nadie debe ser intocable, cualquiera que incumpla la ley debe ser tratado de la misma manera, todos los españoles somos iguales ante la ley, o eso dicen.

Ya sé que soy un iluso y que esto de momento es una utopía y no interesa a ninguno de los partidos grandes, pero ahí lo dejo, con mucho cariño.