El peligroso aquelarre catalán…

Tenemos que observar estupefactos cómo los CDR y los añadidos que Vd. quiera, azuzados por Joaquim Torra quien les animó a “apretar”, tienen a media Cataluña amedrantada, les amenizan con ruidosas caceroladas, cierran calles y autovías, abren las barreras del peaje, rompen escaparates, acosan e insultan a quienes no piensan como ellos, ¡Fascistas! Les dicen, y campan a sus anchas, mientras los Mossos observan cómo cometen delitos, pero sus mandos les han dicho que no intervengan y se mantengan de simples “observadores”.

Mientras esto sucede, Torra realiza estrafalarias y peligrosas declaraciones, humillando diariamente a todos los que no piensan como él, sean catalanes o sea el mismísimo Consejo de Ministros, que le está dejando hacer lo que le viene en gana, no vaya a ser que no le apoye los presupuestos, que no se los apoyará.

El susodicho Torra, mientras se retira a Montserrat, cuyo abad le alecciona adecuadamente, incita a la violencia y no se priva de decir que quieren una “independencia a la Eslovena”, sin importarle las consecuencias violentas que ya está generando y que suponen una enorme sangría humana, social, política y económica. De la económica, no se preocupen, pues el gobierno de Pedro Sánchez les está insuflando cuantiosos fondos, en detrimento del resto de las comunidades españolas.

¿Y qué más hace Pedro Sánchez?. Bajarse los pantalones, dejar hacer y aguantar todos los chaparrones que puedan caer, pues Torra y otros independentistas, populistas y filoetarras son quien le sostienen en La Moncloa para que pueda seguir disfrutando del Falcon y pueda coronarse como Virrey de España, junto a su consorte.

Y encima Pedro Sánchez persiste en realizar un consejo de ministros el próximo día 21 en Barcelona, disfrazado de Reyes Magos en los que no cree, lo que, además del coste que ello va a suponer (Más de 300.000 euros), las dádivas que piensa repartir a Cataluña, supone un capricho propagandístico y una auténtica provocación, que está dividiendo hasta a sus propios ministros y llevará a los incontrolados CDR a tomar la calle y a producir altercados, que serán aplaudidos por Torra con las orejas, mientras Pedro Sánchez seguirá sonriendo bobaliconamente. Y aún se permite este Govern catalán mostrarse sorprendido e instando a Pedro Sánchez “a volver a la lealtad y el diálogo”. ¡Cosa veredes, amigo Sancho!

Es más, Pedro Sánchez le envía cartas al Govern y al Ayuntamiento de Barcelona para que colaboren y permitan la realización pacífica de esta sesión del Gobierno de España; además, le envía una carta a Torra donde le pide que se reúnan ambos, mientras se ve obligado a llevar mil policías para que le defiendan ese día de los revolucionarios que capitanea el propio Torra. ¡Esto es de locura!

¡Qué irresponsabilidad!. Tenemos a los Mossos sin actuar ante hechos tan graves, a Pedro Sánchez prometiendo a la Generalitat y a su capo, Torra, modificar la Constitución para que se conviertan en “nación”, retirando los cuerpos y fuerzas de seguridad de Cataluña, para que a los independentistas no les moleste la Guardia Civil y la Policía Nacional, cosa que ya está en marcha en Navarra y también se lo ha prometido al lendakari vasco; mientras, el próximo viernes les tiene que movilizar para que les defiendan. Es decir, Sánchez y Cataluña están fuera de control y nos están poniendo a todos en grave riesgo de convivencia.

En Europa y en los organismos internacionales no pinta nada y ya le han calado, mejor que los propios españoles, como un mindundi que no tiene criterio, no sabe nada y se encuentra como un pulpo en un garaje. Ahí está el tema de Gibraltar donde no ha sido capaz de defender nada, con los emigrantes nos ha hecho desde Marrakech unas declaraciones que las podría firmar el propio Santiago Abascal de Vox y en España, cuando aterriza, no es capaz de resolver ninguno de los problemas a los que se enfrenta nuestro país y supongo que observará los datos macroeconómicos que ya están en la pendiente del descenso, salvo que se los oculten, como hace el del CIS que trata de engañarnos con sus bien condimentadas encuestas que, más pronto que tarde, se demuestran que no tienen el más mínimo rigor y solo pretenden crear ambiente y opinión, “porque nos interesa que haya tensión”, como le decía Zapatero a Gabilondo en un descuido microfónico.

Y los políticos presos del “procés” dominando la prisión, reuniéndose en las salas nobles libremente, recibiendo a los obispos catalanes que también piden su libertad y observando cómo las asociaciones que engrasa Torra con el dinero de todos nosotros, les organizan manifas para transmitir la imagen de víctimas políticas; y ahora escenifican una huelga de hambre compensada con yogures vitamínicos.

Pedro Sánchez no ha aprendido la lección de Andalucía, a pesar de tener un poco revuelto, con “monumental bronca”, a su exiguo grupo parlamentario, amordazado por la inexperta Adriana Lastra, pues saben que peligran futuras elecciones, como ya ha sucedido en la comunidad andaluza. Y aún Pablo Iglesias le reprocha la “falta de gestos” con Torra, ello para animar el cotarro, pues los de Podemos suelen aplicar el dicho de que “cuanto peor, mejor”, a ver si consiguen pescar en el río revuelto de la política.

Pedro Sánchez solo tiene un objetivo: permanecer el mayor tiempo posible como “presidente”, gozar de los privilegios del cargo, cobrar la cuantiosa pensión y prebendas de por vida y los temas por los que “prometió” le traen al pairo, aunque en el envite se vaya el PSOE al carajo. Y como dice el cantante José Mercé, “Pedro Sánchez es un genio y en poco tiempo se ha cargado un partido de la categoría del PSOE”. Y Francisco Sosa Wagner ha afirmado que “el sanchismo es la enfermedad degenerativa del socialismo”.

Por supuesto que Pedro Sánchez no se plantea aplicar el artículo 155 de la Constitución, para no enfadar a sus socios, mientras la tensión crece de día en día y el PP y C’s se lo reclaman con urgencia; ni siquiera se plantea el control de los Mossos, a los que les pagamos el sueldo con los impuestos de todos los españoles.

Sólo basta haber seguido el programa parlamentario del pasado miércoles, día 12, para observar la palabrería hueca, los gestos teatrales, la demagogia y las medias verdades de Pedro Sánchez para cerciorarnos de que estamos ante un presidente vacío del que nada podemos esperar. ¡Qué decepción!