"El bichito que produce el mal es tan pequeño que si se cae de la mesa se mata" (Jesús Sancho Rof, ministro 1981*) Por Carlos Magdalena

Nadie pone en duda que la humanidad ha respondido casi unida contra este virus que todavía no se sabe con certeza su procedencia y origen. Los laboratorios han  investigado "a magnis itineribus"  creando vacunas por doquier, hasta Sánchez anuncia una vacuna propia para no ser menos. Los efectos y eficacia dan igual, pero hay que tenerla para poder anunciarla en las elecciones, todo vale hasta la salud.

El interés de los laboratorios mundiales ha sido descomunal y los beneficios mega millonarios. Ahora, pasado un tiempo y despacio, para no asustarnos, nos dicen que las vacunas pierden eficacia pasados algunos meses y hay que vacunarse de forma reiterada luego nos encontramos no con una vacuna universal como se pretendría sino con una vacuna finita y temporal.

Las vacunas y los laboratorios investigadores se están comportando como cuando encargas un trabajo a un profesional, primero te lo hace para después cobrártelo  y posteriormente te dice que hay que volver a hacerlo porque no es del todo completo. Recuerdo que el famoso Dr. Cavadas se le ocurrió opinar con sentido común y echando mano de obviedades hace dos años y puso en tela de juicio la efectividad de las vacunas sufriendo ataques por parte de los políticos y seudocientíficos, no por los científicos, un varapalo y revolcón de la prensa mediática al servicio del Gobierno poniendo en duda la efectividad de unas vacunas con un período de prueba tan breve. Las vacunas decían necesitan de tiempo y no se pueden hacer, por desgracia, vacunas a la carta ¿o igual sí?

Transcurrido el tiempo, los meses, vemos que el virus ha sido atajado en su letalidad, pero no eliminado, ha sido combatido, pero no aniquilado pero también hay que decir que ante una pandemia de esta magnitud se ha actuado de la manera ?menos mala? posible.

La confusión, medias verdades y medias mentiras afloran por doquier y los políticos nos venden resultados que luego no se logran porque son voceros no científicos, aunque parece que lo sean por cómo se explican. En efecto logran que el confusionismo sea infinito con tanto dato y contra dato.

Cierto que no han cometidos la torpeza de aquel famoso ministro de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, Jesús Sancho Rof (mayo de 1981) que dijo en televisión aquella frase que ha pasado a la historia: «El mal lo causa un bichito. Es tan pequeño, que si se cae de la mesa, se mata». Antes, como ahora, había que prohibirles hablar a algunos porque solo traen confusión, recuerden los partes diarios del parlanchín  de Fernando  Simón y sus machaconas declaraciones todos los días. El cante que nos han dado todos ha sido importante, poniendo en fila a una retahíla de personajes incluida la ministra de Defensa que no tenían ni pajorera idea del tema sanitario. 

Fernando Simón incluso hacía vaticinios y ya no hacía falta ir al Oráculo de Delfos, eso sí al día siguiente se desdecía.

Luego  llegaron los de las vacunaciones, los laboratorios fiables, los no fiables que producían efectos dañinos, las franjas de edad preferentes, los profesionales de riesgo y un largo confusionismo cuando las vacunas llegaban a cuenta gotas y según qué comunidades se aceleraba o relentizaba el ritmo con los consabidos tantos por cientos cual carrera horrible. 

Pero lo peor de todo es que estamos en una indefensión total y absoluta, en manos de mediocres que ni tan siquiera supieron en su día comprar material a China, que les engañaron como chinos y ahora siguen en la misma tesitura y compra unos antígenos más caros que cualquier otro país. Esto de los antígenos nos hace pensar que los funcionarios del Gobierno Sánchez o son muy tontos o las comisiones juegan su importancia y alguien se está haciendo mucho más rico por dedazo. Mientras el Tribunal de Cuentas sigue desaparecido desde que habría que haber embargado a los condenados independentistas catalanes, o investigado esas compras confusas".¡Claro! que lo de los catalanes es materia reservada e imposible de investigar como el Falcon de Sánchez porque los delincuentes condenados son los que de momento mandan en España.

*Sindrome Tóxico