Cuentos cambiados. Por. José Antonio Ávila López
En 1697 el francés Charles Perrault fue el primero en recoger por escrito la historia de Caperucita Roja. Lo hizo para incluirlo en su colección de cuentos populares, consciente de que dicho relato era uno de los más desconocidos para la población europea pese a su origen popular como cuento de hadas de transmisión oral.

Conceptos que aprendí...
En 1697 el francés Charles Perrault fue el primero en recoger por escrito la historia de Caperucita Roja. Lo hizo para incluirlo en su colección de cuentos populares, consciente de que dicho relato era uno de los más desconocidos para la población europea pese a su origen popular como cuento de hadas de transmisión oral. Luego, ya entrado el siglo XVIII, los alemanes hermanos Grimm escribieron su versión de Caperucita y de las andanzas con su abuelita y el lobo. Estos cuentos tenían una función didáctica y ejemplarizante, y pretendían enseñar a los niños buenos comportamientos, actitudes y costumbres educadas, previniéndoles de peligros, y la mayoría de las veces lo hacían metiéndoles el miedo en el cuerpo. De la historia que narra Caperucita Roja, como de las de todos los cuentos, se han hecho numerosas interpretaciones por parte de pedagogos, psicólogos e incluso delirantes varios, algunas de ellas contradictorias. El cuento de la niña con capa y caperuza roja o encarnada ha dado mucho de sí, como por ejemplo frases hechas como esa que dice «menos lobos, Caperucita», expresión que se dice cuando alguien abusa en contar cosas que asustan, pero no son del todo verdaderas. Como ocurre con Alicia en el país de la maravillas, se interpreta la imaginativa historia como una manera velada de contar el paso de la niñez a la pubertad, en definitiva, del fin de la infancia y la llegada en las niñas de la menstruación, de ahí el color rojo sangre que la define y da nombre. Hoy la mayoría de estos cuentos son considerados por esas nuevas y perversas ideologías de género «incorrectos», ya que los tildan de racistas, machistas o clasistas, y algunos pedagogos tratan de no citarlos en las escuelas. En fin... de pena.
José Antonio Ávila López
45462148-A
Asesor político y corrector de textos
Ex concejal Ayuntamiento Rubí
Telf. 661.07.14.76
08191 Rubí (Barcelona)
Sé el primero en comentar