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Llegó, vio y se marchó. Carlos Magdalena
Naturalmente que mis amables lectores sabrán a quien me refiero, al ínclito ministro de Transportes Oscar Puente y más cosas que fue recibido, casi, casi en olor de multitudes en el Puerto de Santander. Y es que los cántabros somos buena gente.
Después de pasearse por nuestro Puerto y admirar nuestra hermosa bahía en un día primaveral, además de ser recibido por nuestra presidenta María Buruaga, dio algunas charlotadas a la prensa e incluso tuvo tiempo de meterse con la presidenta de la Comunidad de Madrid. Con todo ello llenó puso los titulares y llenó los medios de comunicación, el nuestro no, para decirnos en definitiva lo de siempre, que de darnos nada de nada salvo lo que está ya previsto, lo que está planteado, y ya veremos cuando se inicia y cuando se termina lo prometido. ¿Y del tan traído y llevado Polígono de la Pasiega? Pues como se dice vulgarmente, que esperemos sentados o que lo financie la región
Para nosotros ese es el resumen de la visita del ministro Oscar Puente a Santander, otras valoraciones no caben y son anécdotas para llenar medios de comunicación, insistimos, el hueco grabado, fotos y poco más.
¡Qué nos hemos quedado como estábamos pero muy contentos nos ha visitado un ministro!
Cantabria necesita una fuerte inversión del Estado pero dudo que se vaya a pagar esa famosa deuda histórica que tiene Cantabria y que va pasando de ministro a ministro, algunos como éste por ejemplo con la mala prensa en la mochila pero que ha decidido honrarnos con su visita a Santander, a pasar el día.
Los trenes seguirán parándose, las inversiones a cuenta gotas, la subida a Potes se va haciendo poco a poco y algunas cositas más pero encima se atreve a decir que el tren a Bilbao está en estudio. Hay que dar las gracias y si encima se reúne con Maria Buruaga dentro de un mes, a ver si es cierto, daremos palmas con las orejas de contentos.
Pues enhorabuena para Cantabria,¡nos ha visitado un ministro¡, para qué, para nada, pero ya decimos de sacar algo de lo que se nos debe hace décadas lo dudo y mucho porque desde el papeluco de Pepiño han pasado ya muchos años y seguimos igual, pidiendo lo mismo. Por desgracia no somos ni catalanes ni vascos o igual por gracia de dios.
El guión está muy reescrito y es muy cansino, Agur, adeu.
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Comentarios(1):
Se repite la historia de siempre nos toman por el pito de un sereno, somos el cortafuegos entre Asturias y las Vascongadas y encima hizo un buen día y no se "mojó" el ilustre visitante.