Las acusaciones de Boo dicen que los agresores "querían" que el joven muriera y las defensas ven un "accidente"
La fiscal, que pide 13 años por homicidio: "Siguieron pegándole tras caer inerte al andén y le dieron una patada que le propulsó a la vía"

SANTANDER, 28 (EUROPA PRESS)
Las acusaciones por la muerte del joven al caer a las vías del tren tras una pelea en la estación de Boo de Piélagos el año pasado sostienen que los dos chicos procesados, por un presunto delito de homicidio, "querían" que la víctima -de 21 años y vecino de Polanco- falleciese, y así lo "consintieron" y "asumieron" ese resultado, pues continuaron pegándole cuando cayó "inerte" al andén, sin que pudiera defenderse, y le propinaron "una última patada" con la que salió propulsado a los raíles donde murió.
Sin embargo, las defensas de los enjuiciados, en prisión provisional por estos hechos y que se enfrentan a penas de hasta trece años de cárcel por el citado ilícito, niegan esos extremos y aseguran que lo ocurrido el 3 de febrero de 2024 fue un "trágico y terrible accidente".
Así lo han expuesto este viernes la fiscal del caso y los abogados de la acusación particular -que ejercen familiares del fallecido- y de los investigados, vecinos de Piélagos y que tenían entonces 19 y 20 años, en el arranque del juicio contra ellos, con jurado popular y que se desarrollará a lo largo de la semana que viene en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria.
Los dos serán interrogados en último lugar, tras la práctica de la prueba testifical y pericial, el próximo jueves, 3 de abril. Uno de ellos ha consignado antes del plenario 10.000 euros para reparar el daño -de los 163.000 euros de indemnización que pide la Fiscalía-.
Su representante ha señalado en los informes previos que en este caso hay "indicios suficientes" para atribuirles un delito de homicidio doloso -y no imprudente- pues durante la pelea conjunta en el apeadero, y una vez que la víctima había caído al suelo del andén y yacía "inerte", ambos continuaron pegándole. Así, y sin que tuviera ninguna posibilidad de defensa, le dieron una última patada con la que salió "propulsado" sobre las vías donde murió instantes después.
LA MOVIDA PODÍA HABER ACABADO CON LA CAÍDA EN EL ANDÉN
A juicio de la fiscal, "la movida" que tuvieron los tres, cuando regresaban a primera hora de la mañana de fiesta de Santander en tren y tras una discusión "muy tonta" dentro del convoy, podía haber acabado con la caída al suelo de la víctima tras la pelea, e irse cada uno a su casa.
Sin embargo, en vez de eso los dos vecinos de Piélagos siguieron dando patadas y puñetazos al de Polanco, sin "ninguna posibilidad de defensa", pues además de su estado de embriaguez tenía la sudadera y prendas de ropa superiores subidas, lo que le impedía ver y mover los brazos, siendo por tanto su capacidad de reacción "nula".
Ha destacado que le dieron "una última patada" con la que salió "propulsado" y cayó sobre las vías, pero no "al borde" del andén, sino a "un metro" de distancia, lo que evidencia que hubo "fuerza". Al respecto ha precisado que acabó sobre los raíles "prácticamente muerto" en tanto que los sospechosos abandonaron el lugar y se fueron a sus respectivos domicilios.
DISCUSIÓN TONTA
La fiscal ha indicado que con anterioridad a este suceso, acusados y víctima no se conocían, sino que coincidieron esa mañana en el tren y el fallecido fue al último vagón, donde viajaban los otros dos chicos, iniciándose una discusión por una cosa "muy tonta", relacionada con un pendiente.
Fruto de la misma, se apearon los tres del tren en Boo -parada de los investigados, mientras que la víctima debía bajarse en Requejada- y comenzó la pelea en el andén. En este punto, ha subrayado que el fallecido presentaba lesiones, no así los otros dos, por lo que "si trató de defenderse lo hizo muy mal".
También tenía marcas de la caída en el andén (en la cara y sangre en un poste con el que se golpeó) y de las patadas y puñetazos que recibió, también en el suelo, desde donde trató de incorporarse cuando estaba al borde del andén pero sin tener visibilidad y con los brazos impedidos por tener la ropa subida, ha señalado la fiscal en base a los testigos y forenses que han declarado en instrucción
En esas circunstancias, el joven agredido recibió una última patada con la que salió despedido y acabó cayendo de forma "rara" sobre las vías, como un "peso muerto", abandonado los implicados "tranquilamente" el lugar para irse a sus cercanas casas a dormir.
La víctima fue auxiliada por dos personas que se bajaron del tren en la misma estación y aunque alertaron a emergencias no se pudo hacer nada por su vida pues murió "prácticamente al instante", al cabo de "uno o dos minutos" de caer a la vía y sobre la que quedó tumbado de lado, en una posición "compleja", con el cuello "doblado".
La fiscal ha pedido a los miembros del tribunal que emitan un veredicto "justo y de culpabilidad", pues el que los procesados hubieran bebido alcohol esa noche o que uno de ellos tenga hiperactividad no significa que no supieran lo que hacían o disminuya su responsabilidad.
Es más, cree que concurre la circunstancia agravante de abuso de superioridad y además de la pena de cárcel también pide diez años de libertad vigilada y catorce de alejamiento y prohibición de comunicar con los familiares del fallecido.
RESPONSABLES DE LA ÚLTIMA PATADA
En similares términos se ha expresado el letrado de la acusación particular, que aprecia además el delito de omisión del deber de auxilio y solicita doce años y medio de prisión, multa de 3.000 euros e indemnización conjunta de 170.496 euros. Cree que ambos deben responder de un resultado "inamovible" -el fallecimiento- que "asumieron" cuando "no pararon" la pelea tras la caída al andén.
Este abogado considera que podían haber dicho "hasta aquí" y "hemos ganado", pero decidieron continuar con los golpes y la patada con la que la víctima cayó "a plomo" en la vía y en un momento en el que "no tenía defensa", produciéndose el "fatal desenlace".
Así, son responsables de la acción con la que le propulsaron e impulsaron sobre los raíles "para rematarlo", como era su "voluntad", e huir después del lugar y sin ayudar a una persona "moribunda".
NO SE PUEDE SOCORRER A UN MUERTO
Por contra, una de las defensas asegura que el relato de las acusaciones es fruto de la "imaginación" ya no se sustenta "en prueba alguna", y ha censurado además la "demagogia" e intento de "manipular" al jurado con el delito de omisión del deber de socorro en un homicidio, pues el primero "no cabe" con el segundo: "No se puede socorrer a un muerto".
Esta parte ha avanzado además a los miembros del jurado que no existe "unanimidad" entre los testigos sino versiones "contradictorias", así como también entre los forenses, que plantean que la muerte fuera homicida u accidental.
En cualquier caso, para este letrado lo ocurrido fue un "trágico y terrible accidente" tras una pelea que "buscó la víctima" y que acabó igualmente con un "trágico y terrible desenlace que nadie quiso". Y ha recordado al tribunal que en caso de duda, siempre tienen que posicionarse en favor del acusado.
FUE MUERTE ACCIDENTAL, NO HOMICIDA
La otra defensa, que también ha aludido al principio de 'in dubio pro reo' y a la presunción de inocencia, les ha indicado que no pueden basar su veredicto en "conjeturas, impresiones o sospechas", sino que han de centrarse en las pruebas pero sin ser "justicieros".
Tras indicar que la prisión provisional no significa que sean culpables, poniendo como ejemplo el caso Wanninkhof, ha explicado que piden la absolución por "convencimiento" y porque no se va a "poder probar" lo que dicen las acusaciones, que han contado una "entelequia" y con "demagogia".
Así, ha adelantado que no hay "ni un sola manifestación" de los forenses sobre la causa homicida de la muerte, intención que no se va "probar nunca", pues fue "accidental"
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