La Vidriera de Camargo inaugura la muestra de escultura `Algo que tiene que ver con el tacto: la piel de la Tierra`
La castellanoleonesa Isabel Fuentes firma esta exposición, en la que paisaje y materia se funden en el lienzo

El Centro Cultural La Vidriera de Camargo ha inaugurado la exposición `Algo que tiene que ver con el tacto: la piel de la Tierra`, de la escultora castellanoleonesa Isabel Fuentes. Una muestra que se puede visitar hasta el 14 de abril y que recoge "un profundo análisis plástico y sensorial del paisaje a través de la materia".
Así la ha definido el alcalde, Diego Movellán, quien ha puesto en valor el trabajo que se desarrolla en este espacio cultural durante el acto de inauguración.
Isabel Fuentes, reconocida por su exploración de la materia y su capacidad para extraer la esencia del paisaje en sus obras, propone en esta exposición un recorrido sensorial en el que la tierra se convierte en protagonista, tanto en su estado natural como en su reinterpretación artística. Una invitación a la observación táctil y visual de la piel de la Tierra, que se sumerge en la memoria y la transformación de los paisajes a través del arte.
Así, en la muestra "las tierras están mezcladas con agua, con yeso o con cemento, pero siempre son las protagonistas", ha explicado Fuentes, que "aglomera" los diferentes materiales sobre el lienzo para crear "formas sólidas" y crear una "sensibilidad conectando con la tierra".
La artista ha hecho uso de la tierra quemada "en la parte de las obras en color negro", mientras que las tierras rojas, que "nos hablan de la piel de la tierra, que protege y que explotamos", aluden a un paisaje por el que quedó "fascinada", como es el de las minas de Río Tinto, en Huelva.
De esta forma, la exposición se articula en torno a esas dos líneas de trabajo, La Tierra Roja y La Tierra Negra, que exploran la transformación del paisaje por la acción de los elementos naturales y de la intervención humana.
De la explotación de la tierra al maltrato es el giro argumental que la escultora utiliza para denunciar los incendios y sus repercusiones sobre el medio natural. "Sufro con los incendios", ha reconocido Fuentes, que ha indicado que en La Tierra Negra lleva a cabo "una especie de penitencia" en la que habla "sobre cenizas, árboles quemados, ceniza sobre ceniza y negro sobre negro".
En este apartado, la artista reflexiona sobre la desaparición de los bosques y la necesidad de una nueva percepción del paisaje. Mediante imágenes repetidas con variaciones de desplazamiento y acumulación de materia -tinta, cenizas y pigmentos oscuros- la escultora construye una representación plástica de la desolación y la transformación del territorio tras el fuego.
En La Tierra Roja, se inspira en la riqueza cromática del Río Tinto y en el paisaje minero circundante, donde la explotación a cielo abierto ha dado lugar a un escenario de tonalidades y texturas singulares. A través de una serie de pinturas y esculturas creadas con óxidos de hierro y cobre, sulfuros y agua, la artista captura la esencia de un territorio marcado por su geología y su historia.
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