LA VISITA DE VANCE Por Juan Goti Ordeñana Catedrático jubilado de la Universidad de Valladolid
El nuevo Gobierno de Estados Unidos ha tenido la delicadeza de comenzar su trabajo con una visita del vicepresidente J.D. Vance a la Comunidad europea. En su saludo, nos ha dejado una lección, para empezar a pensar cuál debe ser el futuro de esta vieja Europa. Su discurso ha sido un despertador para que recobre la política europea su tradición

El nuevo Gobierno de Estados Unidos ha tenido la delicadeza de comenzar su trabajo con una visita del vicepresidente J.D. Vance a la Comunidad europea. En su saludo, nos ha dejado una lección, para empezar a pensar cuál debe ser el futuro de esta vieja Europa. Su discurso ha sido un despertador para que recobre la política europea su tradición, porque desde hace algún tiempo está enzarzada con unas ideologías que no responden a la naturaleza de la cultura del Occidente, y a la recta administración de sus naciones.
Ha sido un bonito discurso, sin estridencias, pero con serias advertencias de cuáles van a ser las líneas positivas para unas fructíferas relaciones con la nueva orientación del presente gobierno americano. Añadió, que, al objeto de tener unas provechosas conexiones, como requiere el desarrollo de la forma de ser, que ha tenido la cultura occidental, de la que soy gran admirador, se requiere, en primer lugar, que los políticos europeos asuman su responsabilidad, tomando como punto de arranque un respeto por la voluntad libre de los ciudadanos. Al tiempo que recordó la brillante historia de este continente, y alabó los valores que dieron vida a la cultura de Occidente. Su discurso fue muy suave, al tiempo que anunciaba un estricto programa para el futuro, a la vez que mostraba, con fineza, el reconocimiento de los valores que estaban en la base de la sociedad europea, que hoy parecen olvidados.
Pero el meollo de su oración fue la exhortación que hizo a los Gobiernos europeos para que asumieran, en primer lugar, sus responsabilidades militares arrogándose con seriedad la defensa de Europa, en segundo lugar, que tomaran los compromisos económicos revisando su forma de actuar en el cumplimiento de sus deberes, luego invitó a considerar las necesidades energéticas que conlleva la inteligencia artificial que se aproxima, y, por último, sobre todo, a tener en cuenta los valores morales despreciados en la actualidad y, tan importantes, si queremos que permanezca lo que ha sido la cultura del Occidente cristiana. Los políticos europeos deberían tenerlas presentes estas líneas de gobierno y estar dispuestos a seguirlas, puesto que han sido elegidos en unas elecciones democráticas para dirigir el destino de sus pueblos.
Pronto advirtió el vicepresidente Vance, que su discurso no despertaba gran ilusión en los políticos asistentes. Sólo se oyeron tímidos aplausos. Al darse cuenta el orador de la frialdad con que se le oía, cambia el discurso y viene a contar una anécdota, con cierta ironía, para advertirles que consideren el cambio, en más o menos tiempo, como les ha sucedido a ellos, pues: «si la democracia estadounidense puede sobrevivir a diez años de Greta Thunberg, ustedes pueden sobrevivir unos meses de Elon Musk». Parece que no fue captada la indirecta, del cambio que debían tomar, dejando las ideologías que habían asumido, al menos, no quisieron darse por aludidos los presentes. El vicepresidente hace una pausa, para observar a la gente, pero los presentes callan, por lo que entonces prosigue impertérrito.
En este momento pasa a tocar un tema básico que quería plantear como problema de actualidad: «Me temo que la libertad de expresión está de retirada y en beneficio de la comedia». Aunque temo que las voces más fuertes a favor de la censura son propias de mi país, pues «el gobierno anterior amenazó e intimidó a las empresas de redes sociales para que censuraran la llamada desinformación», como sucedió en el caso del coronavirus que se quiso callar, que se había filtrado de un laboratorio de China.
En EEUU con el nuevo Gobierno ha cambiado de orientación, y en adelante lucharemos por el derecho a presentar las propuestas en la plaza pública, ya estemos de acuerdo o en desacuerdo. En este momento aprovecha la ocasión para hacer una firme alusión a lo que está sucediendo en Europa: «en diciembre, Rumania directamente canceló los resultados de una elección presidencial, basándose en las débiles sospechas de una agencia de inteligencia y la enorme presión de sus vecinos continentales», alegando que había habido influencia de un país extranjero. Amenaza que se advierte aquí. Aunque es buena noticia, que hable de democracias consolidas, menos frágiles de lo que algunos piensan, y creo que nuestros ciudadanos pueden decir lo que piensan, aunque ha habido prohibiciones a algunos sectores por calificarles de populistas. Pero cuando se representa a un electorado importante, es nuestra responsabilidad estar atentos a esa opinión.
Conviene escuchar la opinión y la conciencia que guía a los propios pueblos. En estos momentos Europa se enfrenta a muchos desafíos, y la crisis que afronta, creo que es también la nuestra, y si huyen despavoridos de sus votantes, no hay solución, y Estados Unidos no les puede ayudar: «ustedes necesitan mandatos democráticos fuertes para lograr algo de valor en los próximos años», porque necesitan asumir decisiones difíciles, para tomar una vía adecuada.
Hay que tener en cuenta que «no se consigue un mandato democrático sólo censurando a la oposición o encarcelándola, ya se trate de un líder opositor, de un humilde cristiano, o de un periodista que intenta informar sobre las noticias». Tampoco se puede andar ignorando al electorado básico en cuestiones de los que forman la sociedad.
Y por fin, «Creer en la democracia es comprender que cada uno de nuestros ciudadanos tiene sabiduría y voz. Y si nos negamos a escuchar esa voz, incluso nuestras luchas más exitosas, no lograrán nada. Como dijo una vez el Papa Juan Pablo II, en mi opinión uno de los más extraordinarios defensores de la democracia en este continente y en cualquier otro, ?no tengan miedo?. No deberíamos tener miedo de nuestro pueblo, ni siquiera cuando expresa opiniones que no coinciden con las de sus líderes. Gracias a todos. Buena suerte a todos ustedes. Que Dios los bendiga. [Aplauso mediano]».
Sé el primero en comentar