Ya escampará.
Yo no sé si Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba se han puesto de acuerdo en echar balones fuera respecto a la manifestación masiva de la Diada, pero el caso es que el presidente y sus ministros, incluida la Vicepresidenta, cuando se les pregunta responden por las dificultades económicas del momento mientras que Rubalcaba se remite a sus compañeros catalanes.
Me lo explica un prohombre del PP: "El Gobierno ha optado por no hacer declaraciones sobre la Diada para no dar más alas a lo que pasó allí. Hay que rebajar la temperatura".
Y mientras el Gobierno espera que se rebaje la temperatura, Artur Mas defendía en Madrid que Cataluña tenga su propio Estado porque al parecer no han encontrado encaje en una "España amable". Casi al mismo tiempo, en uno de los salones del Congreso de los Diputados, el diputado Valles, del PSC, emplazaba a Mas y a Convergencia a decir claro si quieren el pacto fiscal o la independencia, señalando que los socialistas están por el acuerdo con España.
No sé, pero a mí me parece que esta táctica tan blandita que están llevando a cabo populares y socialistas, la hayan acordado o no, es en todo caso un error, un inmenso error. Los problemas hay que encararlos, no se resuelven por no mentarlos. Y lo cierto es que hoy en España, además de la crisis económica, tenemos un problema acuciante que es el impulso independentista de vascos y catalanes. Éstos días recuerdo a Francisco Fernández Ordóñez cuando hace más de treinta años decía que el verdadero problema de España era Cataluña. Tenía razón.
No obstante, no podemos olvidar que ese problema ha sido alimentado por la estupidez de nuestros gobernantes, por el anterior presidente Rodríguez Zapatero. En todo caso me parece a mí que ha llegado el momento de coger el toro por los cuernos y que por tanto el presidente Rajoy y el líder del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba deberían, si es que no la han tenido ya, tener una conversación en profundidad en la que acuerden exactamente qué respuesta van a dar a esa marea independentista. Y eso sí, deberían de comunicárnoslo al resto de los ciudadanos para que no haya ni equívocos ni engaños.
Verán, el PSOE tiene a mi entender una responsabilidad histórica en lo que está pasando precisamente por esa ambigüedad que ha mantenido el PSC respecto al nacionalismo en Cataluña, también en el País Vasco. Esa ambigüedad lo único que ha contribuido es a engordar el nacionalismo independentista. Y es que una cosa es respetar las opciones políticas que son defendidas democráticamente, incluidas las de los partidos independentistas y otra muy distinta hacer una política en la que el que calla otorga.
La responsabilidad hoy de los socialistas es dejar meridianamente claro si están a favor o no de la independencia y sobre todo qué van a hacer en caso de que Artur Mas decida jugar a todo o nada y eche un órdago al Estado. Ya no caben más ambigüedades ni más florituras. De la misma manera que el presidente Rajoy tiene que decir alto y claro cómo va a responder a los envites independentistas. Lo que no vale es esa actitud melindrosa de no hablar del problema en espera de que el tiempo rebaje las expectativas de los independentistas y sobre todo para no encender los ánimos de quienes se manifestaron en la Díada.
En democracia hay que hablar alto y claro y una parte de los catalanes lo ha hecho en la Diada y por tanto es incomprensible que el Gobierno lo único que diga es que no tiene nada que decir porque lo que le preocupan son los parados y la crisis. Precisamente uno de los mantras con los que los políticos nacionalistas e independentistas catalanes han venido engañando a sus conciudadanos es que si Cataluña fuera independiente no sufrirían ninguna crisis económica y vivirían en el mejor de los mundos. Y aunque parezca increíble la gente se lo ha creído.
Vengo escribiendo desde la Diada que en un momento en que no hay épica en la política, y en que lo único que cunde es la desesperanza, los jóvenes pueden encontrar la épica apuntándose a una causa como la del independentismo en la que además les prometen que verán resueltos todos sus problemas.
Me parece a mí que o bien Rajoy y Rubalcaba están muy preocupados por lo que sucedió en la Diada o bien creen que fue más de lo mismo, peor que para ambas posibilidades la mejor respuesta es una aparente indiferencia en espera que escampe. Me parece a mí que se equivocan y que en esta ocasión no va a escampar.
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