Píldora a píldora.

  Pero las cuentas no cuadran, la recaudación está por los suelos y Hacienda necesita dinero, de manera que el Gobierno ha decidido incumplir otro de sus compromisos y el ministro Montoro nos ha anunciado que en breve el Consejo de Ministros aprobará la subida del IVA.

   Y como la Unión Europea y los señores "Mercados" continúan acogotando a nuestro país la subida del IVA no vendrá sola. Mientras Luis de Guindos se batía el cobre con sus colegas europeos para que tengan a bien darnos el dinero prometido para los bancos que lo necesitan, los populares no solo anunciaban la subida del IVA sino de más medidas que iremos conociendo a lo largo de la semana. En realidad, el propio presidente Rajoy ya lo dejó dicho hace unos días hablando de futuras reformas que no son otra cosa que recortes.

   Yo lo que me pregunto es por qué el Gobierno, de una vez por todas, no anuncia y lleva a la práctica todas las medidas que crea que hay que adoptar. Rajoy suele decir que sabe lo que hay que hacer y francamente sería un alivio que nos lo dijera a los demás, es decir, a los ciudadanos. La táctica del presidente es la de la política de las píldoras, un día nos da una, y como no funciona lo suficiente, al día siguiente nos da otra y así sucesivamente. Lo malo de ir de píldora a píldora es que parece que va improvisando sobre la marcha, lo que a estas alturas ya no nos resultaría ni siquiera raro teniendo en cuenta que los mercados tan pronto nos aprietan para ahogarnos como nos dan un leve respiro.

   Yo no dudo de que el Gobierno hace lo que puede y desde luego que lo que hace intenta que sea lo mejor para los intereses generales, pero a los ciudadanos nos tienen con el alma en vilo porque cada "píldora" llega acompañada con un nuevo recorte y como sigamos así dentro de poco nos va a parecer que vivimos en otro país porque no va a quedar ni rastro del Estado del bienestar del que hemos disfrutado en las últimas décadas.

   Me parece a mí que el presidente no puede retrasar ni un día más para revelarnos el secreto que guarda celosamente que no es otro que decirnos lo que hay que hacer porque, al parecer, él sí sabe lo que hay que hacer. Que nos lo diga de una vez por todas y sobre todo que lo haga para ver si es verdad que sabe cómo sacarnos de esta. Eso sería deseable y que deje de darnos una píldora cada semana.