Mazarrasa se compromete a bajar el IBI a la mitad, al valor de antes de la crisis
Suena radical la propuesta de la candidatura “POR SANTANDER SÍ”. Pero nada más lejos de la realidad. En plena época de crisis que va para 7 años, cuando nuestros vecinos han tenido que enfrentar el enorme rigor del paro, la falta de ingresos, todo tipo de estrecheces económicas, nuestro Ayuntamiento se ha dedicado a estrujarnos con impuestos directos por el mero hecho de tener un domicilio donde poder vivir.
No es de recibo el debate de justificación que ha pretendido el Sr. Alcalde durante los 8 años de su mandato, intentando desviar la responsabilidad a la revisión al alza del valor catastral realizado por el Gobierno de Zapatero, que indudablemente es igualmente responsable.
Nada le escuchamos estos años de reducir al máximo el coeficiente, ni de plantarse como debe hacer un buen Alcalde ante Hacienda, no solo por los vecinos de nuestra ciudad, sino por los de toda España, pues no en balde ha sido Presidente y miembro directivo de la Federación de Municipios. Pero está claro que en esta partitocracia en que vivimos lo importante es mantener el favor de Génova, Moncloa y Ministerio de Hacienda.
Qué el valor en el mercado de los domicilios que se gravaban cayera por encima de un 40% parece que también ha sido un tema irrelevante para la clase política. Todos, PP, PSOE y PRC han pasado de puntillas en términos políticos sobre el tema durante 8 años, pues todos han sido responsables aquí y en todos los sitios.
Por tanto, ahora, cuando vamos a votar nuestros municipios, ante los electores no caben ambigüedades de tipo programático: BAJAR, que puede ser el 10% o el 50%. El colmo del cinismo es el del Alcalde que hace 15 días se descuelga con que pedirá la revisión del catastro para disminuirlo el 15%. No Sr. Alcalde, bajar al valor del año 2008 cuando se dispara la crisis que lleva a un importante empobrecimiento de la gente. Y esa bajada a la mitad no tendrá en cuenta que el valor de nuestros pisos se ha reducido.
Para el estudio queda la enorme importancia que durante estos años ha tenido este salvaje incremento fiscal en la destrucción del pequeño comercio de la ciudad y en la profundización de la crisis, entre otras razones, porque los políticos no han sabido acomodar gastos a ingresos cuando la burbuja inmobiliaria redujo enormemente los ingresos por las licencias de nuevas construcciones a las que estaban mal acostumbrados.
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