La `perabólica` del Besaya

Y es que me las prometía muy felices con la idea de ver tropecientos canales digitales gracias a nuestra Cantabria “Infinita” y a las infinitas ocurrencias de nuestro Marco Polo de bolsillo al haber anunciado, más bien pregonado, en marzo de este año la televisión digital cántabra y la instalación de un pedazo de antena o “parabólica lepera” de 5 metros de diámetro en Torrelavega para dar cobertura digital a toda Cantabria, reino de Bezana incluido.

Más de una vez ha venido el antenista ofreciéndome sus servicios y siempre le he agradecido su ofrecimiento con el recorte de prensa local en el que Javier del Olmo, nuestro Javier “infinito” en viajes y admirador de Confucio y sus descendientes, presentaba su infinito proyecto de televisión digital afirmando que la oferta de la ganadora del concurso, la compañía SES Astra, era «la que mejor ha entendido el diseño del proyecto y la que plantea una solución técnica más eficiente para las necesidades de Cantabria».

El coste del proyecto era de sólo 4,5 millones de euros, unos 700 millones de las añoradas y antiguas pesetas, coste que Usted y yo junto con los paganinis cántabros teníamos que abonar vía impuestos y en julio podría tener en mi receptor infinitos canales con los que poder dormirme a la hora de la siesta...

Meses más tarde, sigo sin TDT, mi antena me pide a gritos que le aplique el plan Renove y me entero por la prensa – infinitas gracias señor Guttenberg –que ni plan, ni plan, y que si quiero ver los canales digitales he de comerme el recorte del periódico, hacerle la rosca al antenista, rascarme la cartera y suplicarle una cita en su agenda.

Y ello porque al infinito viajero se le ha ocurrido ahora que ya no hace falta una TDT made in Cantabria Infinita, que con los servicios de la TDT nacional tenemos bastante.

Y claro, la compañía SES Astra va a pedir daños y perjuicios por rescisión unilateral del contrato. Vamos, que usted y yo junto con los paganini cántabros vamos a pagar por algo que no tenemos ni tendremos gracias a la generosidad con el dinero de los demás que acostumbra de la que acostumbra a hacer gala nuestro consejero más viajero.

Aquí nadie dice nada. Todo vale. Revilla es el presidente del gobierno de Cantabria y es su obligación poner orden entre sus consejeros. Si peca por omisión, llegaré a la conclusión de que más que una coalición de gobierno, en Cantabria existe una coalición de intereses de los dos partidos, PSOE-PRC, en el que a ninguno de los dos le interesa entrar en los terrenos del otro.