La ocurrencia económica de la legislatura

Desde que hace medio año se anunciara la Ley de la Economía Sostenible para implantar de forma "rápida, viable y consolidada" un nuevo modelo productivo en España, se sabe tan solo que se han iniciado consultas con los agentes sociales y los distintos departamentos ministeriales. Estos últimos recibieron un correo electrónico, a modo de SOS, pidiendo sugerencias para ocultar la vaciedad de la propuesta presidencial.

Estamos por tanto ante un concurso de ideas que, pilotado por Zapatero, acabará siendo un concurso de ocurrencias.

Por si el asunto de los más de cuatro millones de parados no fuera grave, nuestro presidente socialista anticipó en el mitin de Dos Hermanas, un escenario tan aséptico como científico, que el modelo sería el de Andalucía.

Y dado que la subsidiada Andalucía es la región europea con mayor tasa de paro y peores perspectivas, es obvio que nos espera con la nueva ley un futuro similar, de elevada pobreza, pero eso sí con gobierno socialista a perpetuidad.

Nada más se sabe de la ley, salvo que el ejecutivo se comprometió a tramitarla junto a al Presupuesto General del Estado, cosa ya manifiestamente incumplida, y que contemplaría, además de la apuesta por la Investigación y el Desarrollo, dos ejes de gran  alcance; un pacto en materia educativa y otro sobre un nuevo modelo energético.

Lo cierto es que, mientras Zapatero improvisa su ley para intervenir en la economía, las ideas que debían sustentarlo se han visto desmentidas ya por la realidad.

Así, justamente la I+D+i es la materia más castigada por los presupuestos para 2010 y ha sufrido ya la airada protesta de la comunidad científica.

Lo del pacto educativo podían haberlo pensado cuando por decreto derogaron la Ley de Calidad Educativa y rebajaron las exigencias curriculares y nos habríamos ahorrado seis años.

Y sobre el nuevo modelo energético un Real Decreto acaba de reintroducir la quema de carbón en el sistema de generación eléctrica que, por contaminante y no competitivo, ya estaba fuera del mercado.

Los españoles pagaremos en nuestra factura de la luz 1.550 millones al año más para sufragar el coste adicional del carbón.

Afortunadamente Moratinos, de regreso de la dictadura cubana, traerá buenas ideas sobre planificación y socialismo que servirán para completar la nueva ocurrencia legal.

Nadie podrá negar a Rodríguez Zapatero la fidelidad, en materia económica, a su ideario socialista, y que sus soluciones a la crisis se engloben en el nefasto Plan E de mini obras públicas improductivas, cuyas consecuencias son la expulsión de los particulares de los bancos –crowding out- y la subida de impuestos para pagar con intereses el endeudamiento necesario para la referida actuación.

Lo que debiera hacer el presidente del gobierno es en lugar de planificar nuestra economía, leer a los clásicos que le recuerdan como el Nobel Friedrich A. Hayek que “la sociedad es más grande que el individuo solo en la medida en que es libre. Cuando está controlada o dirigida, esta limitada a las mentes individuales que la controlan o dirigen”. Y en nuestro caso las mentes que nos dirigen son las que son.