Noticias de Cantabria
02-05-2017 07:00

George soros y la globalización

El periodista Jim Denney delineaba así la figura de este magnate filántropo: «Soros es potencialmente más peligroso que una bomba nuclear. Actúa en la sombra y con determinación usando su dinero y poder para manipular nuestra economía y sistema político. Un misil nuclear puede destruir una ciudad. George Soros puede destruir nuestro estilo de vida».

Desde hace algunos años se está oyendo hablar de globalización: ¿Qué significado tiene? ¿Puede constituir algún peligro o temor? Nosotros hemos nacido en un rincón del mundo, y tenemos una atracción hacía a ese lugar, y normalmente se nos escapan tan grandes volúmenes. Nos sentimos felices gozando de los atractivos de ese pequeño terruño. Hablar de globalización nos lleva a perder ese sencillo sentido de nuestro lugar, a que vivamos de la imaginación lejos de nuestras raíces. En una primera impresión, nos parece algo grande y ambicioso, pero veamos a donde nos lleva.

Por globalización se entiende una organización política y económica que regula sin sometimiento a las leyes nacionales, sólo con reglas internacionales, esto es, que fuerzas desconocidas y que por intereses económicos de algunos hiperpoderosos condicionen la vida de todas las personas. Esto no es algo hipotético en este momento, sino que está actuando y condicionando la actividad política y económica de los países en general. Fuerzas que ya han determinado eso que solemos llamar «lo políticamente correcto». Vamos a hablar de uno de los proyectos.

A lo mejor ni hemos oído hablar de George Soros, en realidad trabaja desde ese mundo oscuro que dirige el mundo y las ideas que triunfan. No  era este el apellido familiar, sino el de Schwartz, que cambio por el de Soros, que en esperanto, lengua del que es un especialista significa «se elevará». ¡Intuición profética para los fines que ha llegado a alcanzar! Partió de la nada, pero hoy día es una de las más grandes fortunas del mundo. De origen judío, parece que ha dejado de lado a su estirpe israelita, puesto que le acusaban hace algunos meses de financiar «el odio al Estado de Israel» a través de sus fundaciones. Su portal de DCLeaks hacía público donaciones millonarias a organizaciones anti-israelíes.

Este líder de la globalización sobrevivió, siendo niño, a la segunda guerra mundial en Budapest, de donde el joven Soros emigró al Reino Unido, allí estudio Filosofía y Economía con el maestro Karl Popper, quien influyó decisivamente en él, y del que tomó como programa su libro: «Sociedad Abierta y sus enemigos».

Una vez graduado emprendió una carrera de hombre de negocios, o mejor de especulador financiero, con tanta habilidad o suerte, que tuvo un meteórico ascenso en el mundo de las finanzas en el ámbito norteamericano, llegando a vicepresidente del neoyorkino banco de inversiones «Arnhold and S. Bleichoder», y acumulando una de las mayores fortunas del mundo.

Ya situado en la cima de las finanzas, decidió programar la idea de la globalización poniendo como primera piedra del proyecto el «Grupo Quantum». Plataforma de alcance planetario, que opera desde las Antillas holandesas. Con la figura de asociación filantrópica constituye un capitalismo especulativo. Desde esta institución empezó a actuar políticamente con el objetivo de crear una sociedad abierta, es decir, un mundo sin fronteras, pero también sin la soberanía de las naciones, un mundo en manos de fortunas que trabajan desde la oscuridad. Dirigida  por fuerzas ocultas que dominan los interés mundiales. A quienes se les da libertad de movimiento de personas y, sobre todo, de dinero y mercancías, sin sometimiento a restricciones nacionales.

 Además de ser directivo de Council Foreign Relations, ha creado para manipular directamente desde el «Open Society Foundations», un entramado financiero presente en numerosos países, con las que pretende la consolidación de esa sociedad abierta. Consiguió grandes éxitos con Barack Obama, sobre el que ejerció enorme influencia, y subvencionó con muchos millones la campaña de Hillary Clinton, aunque en este casi fracasó con el triunfo de Trump. Son pocos los que se le han opuesto, entre ellos tiene la enemiga de Putín y Viktor Orban, presidente de Hungría su país.

Peligrosamente ejerce gran influencia en Europa, y es quien establece «lo políticamente correcto». Se vio cómo se le sometían los líderes de la Unión Europa, cuando casi un centenar de políticos y altos cargo, se le cuadraron y estamparon su firma en el documento en el que pedía más Europa. Sus acciones prioritarias son las que desestabilizan la consideración y el valor de la persona en sí.

 

Hiperprogresista y ultraliberal en lo moral, financia con millones de dólares los movimientos favorables a la legalización de la marihuana, las sociedades abortistas por todo el mundo, los grupos de gais y lesbianas y homosexuales, así como todo movimiento a favor de las migraciones. Todo ello dentro de su programa de un nuevo orden mundial, para un gobierno único de inspiración materialista, y donde sus negocios no encuentren obstáculo ni límite. El periodista Jim Denney delineaba así la figura de este magnate filántropo: «Soros es potencialmente más peligroso que una bomba nuclear. Actúa en la sombra y con determinación usando su dinero y poder para manipular nuestra economía y sistema político. Un misil nuclear puede destruir una ciudad. George Soros puede destruir nuestro estilo de vida».

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