"Felices 36"
Parece que fue ayer cuando por una abrumadora mayoría los ciudadanos aprobamos la Constitución. Aún recuerdo la emoción, el orgullo y las grandes dosis de ilusión que despertaban el texto constitucional. De manera que hay que reflexionar sobre lo que se ha hecho mal para que ahora en Cataluña, donde la Constitución se aprobó por goleada, haya aflorado con tanta virulencia el independentismo.
Parece que fue ayer cuando por una abrumadora mayoría los ciudadanos aprobamos la Constitución. Aún recuerdo la emoción, el orgullo y las grandes dosis de ilusión que despertaban el texto constitucional. De manera que hay que reflexionar sobre lo que se ha hecho mal para que ahora en Cataluña, donde la Constitución se aprobó por goleada, haya aflorado con tanta virulencia el independentismo. No me cansaré de repetir que estos lodos vienen de los barros sembrados por José Luis Rodríguez Zapatero, pero como los lamentos no conducen a ninguna parte, me parece que es hora de que nuestros políticos aborden sin dilación qué hacer para no echar por la borda nuestra Carta Magna.
Si uno hace el ejercicio de releer la Constitución, yo lo acabo de hacer, no tiene por menos que reconocer que continúa siendo un instrumento formidable no solo como garantía de derechos y libertades sino como marco para la convivencia. Por eso estoy entre quienes cuando escucho que hay que reformarla me muestro favorable, siempre y cuando se diga en que dirección, no vaya a ser que se termine haciendo un pastiche.
En cualquier caso ninguna reforma puede ir en una dirección que suponga una discriminación y privilegios de unos ciudadanos respecto a otros... Por eso me inquieta la ambigüedad de Pedro Sánchez cuando no termina de definir qué competencias tendrían las Comunidades en un Estado Federal, es decir si unas Comunidades tendrían un plus de competencias respecto a otras.
No hay ningún Estado Federal cuyos territorios tengan tantas competencias como nuestras Comunidades Autónomas, pero desde luego todos los Estados Federales se asientan sobre el mismo principio: café para todos, es decir no hay un "estado" que tenga más competencias que otro.
Si se reforma la Constitución, y España se denomina Estado Federal, y eso supone una aceptación por parte de los independentistas, bienvenida sea la reforma, pero si se quiebra el principio de la igualdad, entonces tendremos un nuevo problema servido.
Nuestra Carta Magna cumple treinta y seis años e insisto que en mi opinión continúa siendo un buen texto, de manera que entre que se reforma y no se reforma, me parece que no debemos de perder la ocasión de celebrar su existencia.
La Constitución del 78 ha sido la base para la convivencia y la prosperidad de nuestro país, de manera que ¡felices 36!.
Sé el primero en comentar