Falta fineza

 Aún resuenan las palabras de Emilio Botín asegurando que está llegando dinero a España y que la crisis es cosa del pasado. Palabras parecidas a las de algunos miembros del Gobierno, incluido el presidente Rajoy.

   No diré que la macroeconomía no vaya mejor, seguramente es así, y al Gobierno le empiezan a cuadrar las cuentas, pero hay otra realidad y es la de la sociedad, la de los ciudadanos, y en esa realidad lo que se vive no es precisamente para respirar aliviados.

   Las cifras de paro son brutales. Los recortes en Sanidad y en Educación empiezan a pasar facturas. Los investigadores no tienen un euro para continuar con los programas de investigación ya iniciados. Los pensionistas han perdido nivel adquisitivo. Los funcionarios tienen los sueldos congelados. Y quienes trabajan en la actividad privada han visto sus salarios recortados. De manera que los señores del Gobierno y el señor Botín deberían pensarse dos veces no solo lo que dicen sino como lo dicen. Y es que resulta insultante que se hagan declaraciones triunfalistas cuando tantos millones de ciudadanos lo están pasando rematadamente mal, cuando nadie tiene el empleo asegurado, cuando la famosa reforma laboral lo único que ha provocado es más facilidad para despedir pero no se han creado puestos de trabajo, cuando miles de jóvenes están emigrando, cuando muchos de los que estudian tienen que dejar la Universidad porque no pueden pagar la matricula, etc, etc, etc.

   Sí, seguramente al señor Botín le va bien y por eso se muestra tan optimista. Y sí, ya sé que los que han salido a su rescate afirman que las palabras del principal banquero español se deben a que trataba de animar a su auditoria y convencer allí en Nueva York que merece la pena volver a invertir en España porque el país ha salido de la zona de peligro.

   No dudo de que esa pudo ser su motivación pero como dicen los italianos "manca fineza", o sea que le ha faltado finura para decir lo mismo pero sin ofender a quienes lo están pasando rematadamente mal.

   Lo mismo sucede cuando el ministro Montoro se pasa de frenada. Eso si el presidente Mariano Rajoy suele ser más comedido a la hora de hacer triunfalismo.

   El problema de los poderosos es que manejan estadísticas, números, pero no le ponen a esos números el rostro de la gente. Y resulta que detrás de ese veinticinco por ciento de paro que sufrimos en España hay millones de ciudadanos, de familias que no saben si tienen futuro.

   Ojo, creo que si algunos datos económicos empiezan a cuadrar hay que decirlo, claro, y todos nos alegraremos de ello, pero hay que decirlo con una cierta humildad, sin olvidar en todos esos millones de nuestros conciudadanos que lo están pasando rematadamente mal y que cuando escuchan que en España el dinero llega a espuertas siente que se le revuelven las tripas y echa pestes contra quién tiene la osadía de hacer esa afirmación.

   Ya digo que si hay datos positivos bienvenidos sean ,que todos nos alegraremos, pero es importante como se cuentan. Lo dicho, falta fineza.