Noticias de Cantabria
10-04-2008 10:38

Estrategia marianista

Para quienes se encontraban ansiosos en los últimos tiempos, ya se han despejado todas las incógnitas. Si bien es cierto que no se trata de una renovación en toda regla la efectuada por Mariano Rajoy en las Cortes Generales, no es menos verdad que el nombramiento de Soraya como portavoz en la Cámara Baja y la ratificación de Pío en la Alta, son un refuerzo con un aire de renovación a medio plazo.

A nadie puede pillarle de sorpresa el afianzamiento del segundo en el Senado tras cuatro años de intenso y laborioso trabajo, mientras que el nombramiento de la primera responde a la confianza que el Presidente del PP deposita en una persona muy de partido, con altos conocimientos técnico-jurídicos, así como de la realidad territorial en España, materia sobre la cual habrá de versar gran parte del discurso de oposición de los populares durante el próximo mandato socialista de Rodríguez Zapatero.
 
Que se trata de una apuesta personal de Rajoy, pues sí, evidentemente, y faltaría más. Muchos han sido quienes han mostrado ya su decepción, cosa que no entiendo. Hay que darle tiempo al tiempo y dejar que Sáenz de Santamaría sea capaz de demostrar su alta valía política, como ya se hiciera con anteriores portavoces en el Congreso de los Diputados. Lo que no pueden valer son las comparaciones con predecesores como Rodrigo Rato, ya que si nos fijamos en el actual, poco tiene que ver con aquel otro que comenzó desde la casi absoluta discreción y acabó convirtiéndose en uno de los mejores parlamentarios que han pasado por la Carrera de San Jerónimo. Tiempo al tiempo.

De este modo, Soraya se convierte en la número tres del Partido Popular, a expensas de lo que ocurra en el levantino congreso de junio, en el que sí es posible que se produzcan los tan esperados cambios por parte de muchos. Rajoy ya había anticipado que contaría con «su propio equipo», por lo que no deja de ser consecuente: Pío García Escudero, Ana Pastor, Pedro Arriola y Celia Villalobos han trabajado con él codo con codo durante los últimos años.

Paradójicamente todos ellos andan también en la órbita del Alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón, por lo que no es de extrañar que éste se felicite por el cambio de rumbo de su Partido. Con él se habrá de contar activamente muy pronto, ya que se trata de un consolidado valor político del que el PP no puede ni debe prescindir bajo ningún concepto. Los populares tienen la mejor base electoral de su historia para gobernar de nuevo España a partir del 2012.

Al PP quizá lo que le haya faltado es algo de tiempo, por un lado, aderezado de una buena dosis de suerte, lo mismo que invocaba Felipe González tras su derrota en 1996. Rajoy no se siente responsable del resultado electoral, ni tampoco culpa de ello a buena parte de su círculo de confianza, por lo que no es de extrañar que mantenga a su equipo en la primera línea de combate.

Eso sí, habrá que atender a los próximos resultados autonómicos en las tres comunidades donde el Partido Popular tiene que cambiar ineludiblemente su estrategia: País Vasco, Galicia y Cataluña. Si se vuelven a cosechar unos resultados tan paupérrimos, quizá no haya más remedio que cortar por lo sano, ya que sumado esto al conflicto suscitado a raíz de la aprobación del Estatuto catalán, la negociación política con la ETA y la desastrosa gestión en materia económica y territorial, sería una concatenación de errores difíciles de enmendar.

Cohesión frente a integración; ésa es la estrategia de Mariano Rajoy. No es hombre de dar un solo paso atrás, ni tan siquiera para tomar impulso, y así lo demuestra. En Cantabria no es momento aún de cambios, pero no terminaremos el 2008 sin que en esta ocasión prime la integración y la renovación frente a la cohesión. Lo dicho, tiempo al tiempo.

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