Noticias de Cantabria
26-05-2017 07:00

El joder judicial

Va a ser por lo vivido y sufrido que, cuando el Boletín Oficial del Estado publicó en 1984 un Acuerdo de la Comisión Permanente firmado por el Presidente del Consejo General del Joder Judicial, lo de la “J” no era un error, sino una premonición.

Cuentan que en las imprentas hay duendes que provocan errores, siempre lo tomé como mera fábula, pero creo que después de lo visto, de fábula nada, la existencia del geniecillo ha quedado empíricamente demostrada, y es que el duende del BOE sabía algo, por eso es duende, claro. Entonces no nos percatamos que el cambio de la “J” por la “P” quizás fuera un aviso que nos tomamos a broma, pero ha sido el gnomo del BOE quien se ha reído de nuestra falta de previsión ante ese “Joder Judicial” que nos aplica a diario su propio nombre.

Es requetesabido que teníamos una Ley del Poder Judicial de 1.980 más o menos buena, si se hubiera cumplido; pero advino al poder legislativo y al ejecutivo nada menos que el PSOE, aquel felipísmo que como le supo a poco controlar esos dos poderes, decidió asaltar el Judicial que era el único que podía controlarle y se modificó para facilitar el nombramiento de jueces cómodos a sus intereses. Y de aquellos polvos totalitarios, estos lodos de corrupción a izquierda y derecha; PSOE y PP, tan entusiastas ambos de la decrepitud de la Justicia y su consecuencia, la corrupción.

En este punto me permito recomendar la lectura del libro; “El poder amordazado” del Magistrado e instructor del Juzgado de Guadalajara, D. Jesús Villegas, cuya obra lleva por subtítulo “La historia oculta de cómo el poder político se ha infiltrado en la justicia española”. Es de lectura amena y de análisis certero sobre la involución de la Justicia en España.

Hemos pasado de aquella primera regresión socialista a la más reciente, la rajoyista, pues de la promesa de una reforma en profundidad de la Justicia se ha pasado, dicho sea a grandes rasgos, a controlar aún más el Consejo General del Poder Judicial, quien designará a jueces cómodos para sus turbios asuntos. Por eso, aunque por otra vía, se ha ascendido a Magistrado del Tribunal Constitucional al Sr. Conde-Pumpido en agradecimiento a los servicios prestados, ya que no le importó mantener con el Sr. Zapatero que “había que mancharse la toga con el polvo del camino”. Camino que no es el que transitamos el resto de españoles, del juez predeterminado por la ley, sino el de aquellos jueces que ponen la Justicia a disposición del político, quien luego les situará en puestos logrados, no por mérito y capacidad, sino por arrastrar la toga por polvorientos caminos.

 

De ahí que, del acuerdo sobre la Reforma de la Justicia firmado entre el Partido Popular y CIUDADANOS, el Sr. Rajoy, despreciando los requerimientos del Sr. Rivera para que acometa ya esa reforma, ha dicho que son cosas del pasado. Cierto del pasado, de ese pasado pestilente que un día sí y otro también aflora en los Juzgados; pero mientras haya jueces, abogados y fiscales decentes y CIUDADANOS exigentes, el bipartidismo no dormirá tranquilo y al igual que los fantasmas se aparecen en las noches de insomnio, éstos serán cada vez más agobiantes, pues el bipartidismo, ese dios Jano de las dos caras, ha entrado en fase terminal. 

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