El estilo Wert.
A José Ignacio Wert le pierde el estilo. El ministro tiene en su haber enfadar al personal no tanto por lo que dice como por como lo dice. Y es que Wert va sobrado por la vida.
Es inteligente, se ganaba la vida más que bien fuera de la política, habla no se cuantos idiomas, incluido el catalán, es un buen polemista y, sobre todo, es un tipo inteligente y culto, tanto como faltón. O sea, que es una bomba de relojería para el estilo político que se lleva, ya saben, aquí nadie se sale de lo políticamente correcto de manera que nuestros políticos se han instalado en el tartufismo.
Pero José Ignacio Wert anda sin complejos por la vida seguro de que su paso por el Gobierno es eso, un paso nada más, y que más tarde o temprano regresará a hacer lo que hacía. La última de Wert es haber dicho sin cortarse un pelo que pretende españolizar a los estudiantes catalanes, lo que ha provocado una tormenta política. Tanto es así que la portavoz socialista Soraya Rodríguez ha anunciado que su grupo va a pedir que el Parlamento repruebe al ministro. Y se ha quedado tan tranquila.
Lo que el ministro de Educación y Cultura pretende es algo tan obvio como constitucional: que los niños que viven en Cataluña puedan estudiar en castellano si ese es el deseo de sus padres, amén de que no les adoctrinen con historias mitológicas sobre una Cataluña que nunca existió. Y qué quieren, a mí me parece razonable que unos padres tengan derecho a educar a su hijo en el idioma que quieran, sea español, catalán, ingles o sueco. Por eso siempre me ha parecido un acierto el modelo educativo vasco (independientemente de que no se aplique como dice la letra y el espíritu de la ley).
El modelo en cuestión se divide en varios tramos, en uno los padres pueden elegir que sus hijos estudien todas las materias en euskera, otro tramo permite que cursen todo en castellano, y el siguiente tramo permite un sistema mixto, parte en euskera, parte en castellano. Pero Cataluña eligió un sistema distinto que es el que el castellano sea una asignatura más y no lengua vehicular y ahí es donde está el lío organizado.
A mí me parece que lo que el ministro Wert tiene que hacer es que se cumpla la Constitución, es decir que tanto el catalán como el castellano, como lenguas cooficiales en Cataluña, puedan ser utilizadas indistintamente.
Yo no vivo en Cataluña, pero si lo hiciera les aseguro que haría lo imposible por aprender catalán y porque mi hijo lo aprendiera. Eso sí, lo haría voluntariamente porque el catalán es parte del patrimonio cultural de nuestro país, ya aprenderlo es enriquecedor. Pero dicho eso, lo que no soportaría es que me obligaran, por ahí si que no.
La verdad es que resulta inaudito el lío que están organizando los nacionalistas catalanes a cuenta de la afirmación del ministro Wert. Siempre me ha llamado la atención la desfachatez con que los nacionalistas defienden e imponen sus tesis, ya sea la de que hay que estudiar en catalán porque sí, o hay que emocionarse con El Segador y celebrar por todo lo alto la Diada, o envolverse orgullosos en su bandera, al tiempo que tachan de "fachas" a quienes tienen a bien sentir que su país es España y por tanto hacen suyos sus símbolos.
El PSOE, que hace política sobre una foto fija del pasado, continuará perdiendo votantes como continúe sin entender a este país. Y yo no termino de comprender por qué tienen ese síndrome de Estocolmo con los nacionalistas a los que tratan con tanta reverencia.
Ya digo, a Wert le pierden los modos y su estilo burlón y faltón, pero lo que ha dicho no es para que le organicen un auto de fe en la Plaza Mayor. Vamos, digo yo.
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