"Deberes para Tsipras"
Las encuestas fallan. Cada vez más. Des hace unas semanas las encuestas auguraban que en las elecciones griegas Syriza y Nueva Democracia iban a la par, que se pisaban los talones, que cualquiera de los dos partidos podía ganar.
Las encuestas fallan. Cada vez más. Des hace unas semanas las encuestas auguraban que en las elecciones griegas Syriza y Nueva Democracia iban a la par, que se pisaban los talones, que cualquiera de los dos partidos podía ganar. El resultado ha sido rotundo: ha ganado Syrza con cierta holgura, sacándole más de siete puntos de ventaja a los conservadores de Nueva Democracia. Eso sí, la abstención ha sido notable. Pero en definitiva los ciudadanos griegos han decidido dar otra oportunidad a Alexis Tsipras.
Sí, es verdad que Tsipras no ha cumplido todo lo que prometió, que echó un pulso a la Unión Europea y lo perdió, que tiene a la "odiada" troika fiscalizando cuanto hace y deja de hacer, que cada crédito que le da el Banco Europeo se lo cobran con creces, que no tiene demasiado margen de maniobra, pero aún así sus conciudadanos han vuelto a confiar en él. Lo han hecho sin excesivo entusiasmo, incluso algo decepcionados, pero sabiendo que si gobernara Nueva Democracia las medidas de austeridad aún serían más duras. Pero sobre todo porque los ciudadanos griegos parecen preferir que ya que ha sido Tsipras quien ha negociado el "rescate" sea él quién continúe al frente para gestionar los "deberes" que Bruselas ha impuesto a Grecia.
A Tsipras le han cortado las alas en Bruselas pero aún así el poco margen que tiene para gestionar el dinero que le llega de la UE lo invierte en los sectores más deprimidos de la sociedad.
Es curioso observar como tratan ahora los líderes europeos a Alexis Tsipras. Cuando el jefe de Gobierno de Grecia pisó por primera vez Bruselas le recibieron de uñas, con caras largas y desconfianza manifiesta. Pero desde que Tsipras se rindió a la realidad, o sea a los dictados de Bruselas, sus colegas le empiezan a dar palmaditas en la espalda y a tratarle casi como a un igual.
Ahora Alexis Tsipras cuenta con cuatro años por delante para aliviar la difícil situación por la que atraviesa Grecia, al tiempo que debe de ir devolviendo los créditos y cumplir con los dictados de Bruselas que pasa por privatizar todo lo privatizable, recortar pensiones y derechos sociales. Pero los griegos, ya digo, parecen haber pensado que es mejor que los recortes los haga Syriza porque este partido tendrá más sensibilidad y más cuidado a la hora de abordar donde mete la tijera para no perjudicar aún más a los sectores más deprimidos de la sociedad.
Los ciudadanos griegos hartos de los dos partidos que han gobernando Grecia durante décadas, los socialistas del PASOK y los conservadores de Nueva Democracia, han dejado claro que prefieren que sea Syriza quién gobierne. Por algo será.
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