Cataluña Real
Aprovechando la convención popular del pasado fin de semana en Barcelona visité por segunda vez la Casa Milà, hoy más conocida como La Pedrera, del siempre sorprendente Gaudí. En uno de los videos descriptivos de la obra del genial arquitecto, se asocia el nacimiento del modernismo al del movimiento político catalanista o nacionalista.
Sin embargo este mensaje, hoy ya oficial, de asociación política de la arquitectura modernista, pude verlo desmentido minutos más tarde cuando, en el acceso al magnífico claustro de la Catedral gótica de Barcelona, observé unos históricos grabados sobre azulejos.
Los grabados, hasta seis, creo recordar, en castellano, datan de la época de Gaudí, y conmemoraban “por la Religión, por la Patria y por Fernando Vll”, la ejecución, un siglo antes, de cinco valerosos catalanes por las “tropas invasoras francesas”.
Llama la atención que estos grabados barceloneses, contemporáneos de la arquitectura modernista de hace un siglo, no solo no se vieran afectados del presunto espíritu nacionalista, que según la versión imperante en la Cataluña oficial existía en la época, sino que muy al contrario exhibía orgullosamente un patriotismo español común a toda Nación y los cinco catalanes recordados.
Los episodios que se rememoran en los grabados barceloneses simplemente ponen de manifiesto que la Cataluña histórica, la real, poco tiene que ver con la que hoy propone consultas independentistas.
De hecho, Gerona, la única capital catalana que se suma al absurdo referéndum secesionista –con la complacencia socialista-, hace doscientos años y en ausencia de gobierno, con los Borbones retenidos en Bayona, se expresaba con la siguiente proclama:
"Españoles: el peligro es inminente…Fernando VII, nuestro único y legítimo Soberano, nos inspira amor y lealtad,…Valencia, Aragón, Murcia, Mallorca, y demás Provincias de España: unid con nosotros tan cristianísimo voto: levantaos todos a una, y tomando unánimes las armas por una causa la más justa y sagrada,… y lograremos el común deseo de ver colocado en el trono de España a nuestro amado Fernando VII.” Gerona, 15 de Junio de 1808.
El trabajo del nacionalismo en Gerona, en Barcelona y tantos otros lugares de España ha dado sus frutos y hoy sus jóvenes ignoran por completo la historia de su tierra que ha sido mixtificada y retorcida hasta hacerla irreconocible.
Nadie está preso de las ideas ni de los sentimientos de sus abuelos, pueden no solo cambiar sino hacer exactamente lo contrario, es legítimo y democrático, sus antepasados se sentían catalanes y españoles y ahora muchos de ellos no, pero lo que no se puede hacer es falsificar la historia y sobre esa mentira construir una ideología que es lo está sucediendo.
El recurrente virus localista ha prendido incluso en partidos de la izquierda, supuestamente universalista, y singularmente en el socialismo, solo así puede explicarse que con un presidente del gobierno de la Nación militante del PSOE y, liderada la Generalitat, también, por un socialista, se convoquen más de cien consultas independentistas.
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