Noticias de Cantabria
16-04-2008 17:10

Agudo Chiquiliquatre

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid acordó este jueves remitir al Consejo Económico y Social la Ley del Modernización del Comercio que, entre otras cosas, plantea dar libertad a los comerciantes para poder decidir la hora de apertura y cierre de sus locales de lunes a sábado, así como los domingos y festivos establecidos.

Éste será el primer paso para ser aprobada definitivamente. La normativa incluye la simplificación de procedimientos y la eliminación de distintos trámites burocráticos lo que, evidentemente, redundará en una mayor generación de empleo en el sector comercial. Esta Ley responde a la necesidad de muchos madrileños que no pueden hacer sus compras en horas hábiles, motivo por el que se ha decidido liberalizar los horarios comerciales fuera de los domingos no establecidos.

¿Para cuándo un proyecto en Cantabria de liberalización de los horarios y de los días de apertura de los grandes centros comerciales como el presentado por Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid? ¿Es posible que la izquierda de esta región, instalada en buena parte del Gobierno autonómico, pueda tener reticencia alguna en relación a esta cuestión tan importante y que redundaría beneficiosamente en la práctica totalidad de los cántabros, cántabras y cántabres?

Más confianza podríamos depositar, si nos queremos hacer ilusiones a medio plazo, en la patronal de las grandes superficies, las empresas de distribución, la Cámara de Comercio o las organizaciones de consumidores. Aún así, quien tendría que dar el primer paso sería el Ejecutivo. Recordemos algo tan importante como que la Comisión Nacional de la Competencia ha considerado ya que la reforma madrileña va en la buena dirección, dirigida ésta fundamentalmente a la contribución de una sustancial bajada de los precios. Sin lugar a duda, Cantabria, como el resto de Comunidades Autónomas, habrá de tomar buena nota de la iniciativa de Aguirre en Madrid, pionera ésta en España y fácilmente extrapolable al resto de regiones.

Si la cosa es más sencilla de lo que parece. El Gobierno autonómico tendría que empezar por redactar un proyecto de ley relativo al comercio,  dejándose de chorradas auténticas del estilo de iniciativas como las de las tarjetas de puntos del señor Agudo que tanto despilfarro conllevan a su alrededor. Ahora, cómo disfrutan idecanes y sodercanes con este despliegue publicitario, oigan.  Si es que nunca la vieron más gorda, que diría mi abuela.

Vamos, que Ángel Agudo tendría que ponerse a trabajar ya en plan Rodolfo Chiquiliquatre: uno, el Breikindance, suprimir las actuales limitaciones en cuanto a horarios y días festivos; dos, el Crusaíto, simplificar los requisitos para obtener permisos administrativos para la apertura de establecimientos comerciales; tres, el Maiquel Yason, un nuevo proyecto de ley; y cuatro, el Robocop, debate y aprobación del mismo en el Parlamento de la calle Alta.

Pero es que estos progres anti liberalización y anti todo, al más puro estilo paternalista e intervencionista, argumentarán en su contra que el principal perjudicado de esta futurible reforma será el pequeño comercio, con menos posibilidades que las grandes superficies y centros comerciales para ampliar sus horarios y abrir domingos, festivos, por las noches, o cuando les venga en gana, vaya. Esto no deja de ser cierto del todo, pero no puede ser el punto de apoyo de los socialistas para impedir una reforma legislativa en favor de miles y miles de familias cántabras que han de hacer malabarismos, en multitud de casos, para cuadrar horarios laborales y personales para, entre otras cosas, ir a llenar el carrito de la compra. ¿De verdad puede llegar a pensar alguien en su sano juicio que estarán en contra los consumidores ante el hecho de ser invitados a consumir precisamente? Pues no. Y éste es el principal argumento de la izquierda.

Evidentemente, la puesta en marcha de unas medidas como éstas, deberán de ir acompañadas de ayudas dirigidas a estimular la especialización de los pequeños comerciantes.

En resumidas cuentas, una mayor liberalización sería altamente positiva en Cantabria por cuatro razones de indudable peso y calado: una progresiva creación de empleo en el sector, un paulatino incremento de la competencia, una notable y necesaria reducción de los precios, y una imprescindible conciliación de la vida laboral y personal.

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Comentarios(2):

Saturnino - 17-04-2008

Eso, beneficiemos a las grandes superficies y perjudiquemos al comerciante de toda la vida. Siempre al lado del poderoso (para variar) y al resto que les zurzan.

No hay futuro - 16-04-2008

Al final, los grandes pejudicados serán los pequeños comercios, s´o sí, pero es el signo de los tiempos. El pequeño comercio ya está viendo cómo compiten los todo a 100, que abren cuando quieren, y la gran amenaza: el comercio on line. Es un proceso imparable. Hoy te compras cualquier cosa en cualquier lugar de Europa, más barato, con total garantía y con precios extraordinariamente competitivos: informática y electrónica, electrodomésticos, música, libros, etc. etc. y te lo ponen en casa en 48 o 72 horas. Al final sobrevivirán los centros comerciales, el colmado de barrio, el todo a cien y pare usted de contar. No creo que la solución pase por subvencionar al comercio inviable.