Noticias de Cantabria
Opinión 05-05-2021 10:32

Trilogía de Leyes para una Tragedia Social Por Juan Goti Ordeñana Catedrático emérito de la Universidad de Valladolid

Recordando cómo se ensamblaban por trilogías las tragedias en el teatro griego, vemos que nuestro Gobierno socialista-comunista monta, también, la desastrosa marcha de la sociedad con trilogías de leyes, esto es, tres leyes que buscan la destrucción de la persona. Con lo que anuncian la tragedia que están tramando: con la Ley de educación (LOMLOE), que más bien es educación en la ignorancia con un barniz de su ideología

Recordando cómo se ensamblaban por trilogías las tragedias en el teatro griego, vemos que nuestro Gobierno socialista-comunista monta, también, la desastrosa marcha de la sociedad con trilogías de leyes, esto es, tres leyes que buscan la destrucción de la persona. Con lo que anuncian la tragedia que están tramando: con la Ley de educación (LOMLOE), que más bien es educación en la ignorancia con un barniz de su ideología; la Ley Orgánica que legaliza la eutanasia, que en verdad se ordena a una fácil liquidación de todos los no son elementos productivos de la sociedad; y el Proyecto de Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, que supone un verdadero asalto a la infancia y a la familia por una izquierda radical y sectaria. Donde no hay ninguna protección, sino un rapto de los hijos por el Estado. Todo ello dirigido por una tiranía intelectual para la dominación de la sociedad.

Todas estas tres leyes se ordenan a destruir a la persona, desde los primeros pasos de la infancia en esta tierra, hasta los últimos años en la ancianidad al proponer una fácil vía para dejar este mundo, advirtiéndole que sobra, porque ya no es rentable sino una carga. Todo ello se dirige a que se convenza la persona, que en esta sociedad no tiene nada que le corresponda, pues todo es del Estado, y como si fuera una pura gracia el que le consientan estar aquí por algunos años, los menos posibles y sólo mientras sea rentable, ya que con el paso de los años viene a ser una carga, del que se debe liberar.

Este Estado social-comunista es claro que tiene como primera finalidad destruir la familia, que es el único reducto en el que la persona se siente feliz, y donde crea algo propio: un hogar con cariño, donde se encuentre como en un medio apropiado para vivir. Esta política ya ha conseguido destruir el matrimonio estable, y crear la idea que estas relaciones son para unos pocos años, como si fuera un ideal multiplicar los amoríos. Sin advertir la realidad de que la persona no tiene la estabilidad psíquica, si la convivencia de la casa no le proporciona un hogar tranquilo y sereno. Quiérase o no, con esta ruptura la persona se encuentra como desplazado, y seguirá pasando por una confusión que le destroza. Ya el hogar no es aquel nido de amor y feliz convivencia, y si hay por medio hijos, es un caos inmenso. En los hijos de separados se produce una división de sentimientos, que tienen que vivirlo de modo extraño y deshumanizante. Estas tres leyes, en realidad, dan ya por supuesto que el hogar familiar no existe, que quieren expropiar a los hijos y desechar a los viejos por la carga social que suponen.

Como pretende la ley de educación, la familia no tiene ningún objetivo, porque ya le expropian los hijos, que pasan a ser del Estado. El Gobierno se apropia de la formación del niño, y mete en la escuela una ideología sectaria. Y a pesar de ser claramente contra el artículo 27

de la Constitución, los padres no tienen nada que decir en la formación de los hijos. Además, que a los padres no se les ocurra dar un cachete o una reprimenda al hijo, pues sin ninguna intervención del juez, por la simple consideración de una asistenta social se les puede privar de la patria potestad, y se mete al niño en un centro de acogida, y se le da teóricamente afecto por unas personas extrañas. Lo verdaderamente inconcebible es que inmediatamente no haya resuelto el Tribunal Constitucional, que esta ley va contra el artículo 27 de la Constitución y los Derechos fundamentales, y que no la haya echado atrás, pues claramente vulnera todo el Derecho natural y todas las tradiciones.

¿Qué hace el Estado con los hijos, que se apropia por una ley? ¿Quién da la atención que necesita el menor? ¿Quién proporciona el cuidado y vigilancia que hay que procurarles cada día? ¿Cómo se proporciona el amor y el cariño que requiere un niño para su desarrollo? Para ver lo que es esto, basta observar lo qué ha pasado en los centros de acogida del Estado, que rectamente se han creado para casos excepcionales. La experiencia muestra que estos centros no responden a las necesidades de cariño y orientación personal que necesitan los menores. Y si se estudia la forma de cómo se trata a los niños acogidos en estos centros la experiencia es desastrosa. Recuérdese, por ejemplo, lo que ha pasado en Mallorca, que han consentido a las niñas dedicarse a la prostitución, sin que se haya podido actuar contra la presidenta responsable, porque la mayoría del parlamento ha evitado llevarla a los Tribunales. Y cuan significativo es el programa de tratamiento de los niños que tiene la alcalde de Getafe, Sara Hernández, del PSOE, que como guía escolar propone expresiones de «la masturbación mola» o «¡Apaga la tele y enciende tu clítoris!». Vistas estas experiencias lo curioso es que en estas leyes más que proteger a la infancia, lo que hace esta normativa es proteger la ideología del PSOE y de Unidas Podemos, mediante cambios en el Código Penal, en el Código Civil, y como secuencia en la Ley de Enjuiciamiento Civil y Criminal.

El niño necesita un centro adecuado de amor y atención, y nadie le hace mejor que el hogar completo con el padre y la madre. Requiere una elemental educción que nadie les puede proporcionar más que la familia. Este método tradicional no puede superarse por ninguna invención de los políticos, y, mucho menos, si se trata de ideologías destructoras de la persona que establecen como objetivo esta ley de la infancia, al revelar en el artículo tercero por dónde van los tiros de la educación: «Superar los estereotipos de carácter sexista, racista, estético, homófobo o transfóbido». ¡A dónde van a llevar a los niños!

Esta trilogía de leyes, cada cual más destructora de la persona, me recuerda las trilogías de las tragedias griegas, donde se narraba la destrucción de los héroes a los ha conducido la Moira, griega, el Fatum, latino, y el Hado español de los protagonistas. ¡Así pues preparémonos pues la Moira, el Fatum y el Hado de los españoles nos augura la enorme tragedia de esta sociedad!

Sé el primero en comentar