Son los códigos postales los nuevos muros del siglo XXI. Germán Gorraiz López - Analista 

Jerusalén, Belfast, Nicosia, Rafah y Ciudad Juárez serían paradigmas de ciudades divididas por razones étnicas, religiosas , geopolíticas o económicas, distopías urbanas en pleno siglo XXI que terminarán provocando nuevos enfrentamientos intercomunidades en un futuro mediato.

De este distópico grupo, solamente Berlín habría conseguido reunificarse superando el conflicto que afrontaba y siendo capaz de eliminar el muro real y virtual que separaba sus dos mitades.

Jerusalem

Los primitivos habitantes palestinos en 1967 representaban casi el 98% de la población total y con Netanyahu la limpieza étnica se acelerará hasta quedar los palestinos reducidos a la nimiedad de un 10%.

Belfast

La ciudad norirlandesa de Belfast es una de las que han vivido con mayor virulencia la acción de los denominados Muros de Paz, construidos para evitar la convivencia entre ciudadanos católicos y protestante y en la actualidad serían 99 muros que a las noches permanecen cerrados.

 Nicosia

La capital de Chipre, Nicosia, sería una ciudad dividida por la llamada «línea verde», que separa a los habitantes greco-chipriotas de los turco-chipriotas gracias a una Zona de Amortiguamiento controlada por cascos azules de la ONU.

Ciudad Juarez- El Paso

En la actualidad están separadas por una valla que hace las veces de muro cuasi infranqueable y que decide el destino de sus moradores según el lado en el que nazcan.

Rafah, el Berlín de Oriente Medio

Los acuerdos de paz de Camp David de 1977 afectaron a Rafah pues la línea fronteriza entre Israel y Egipto se trazó sobre ella, lo que la convirtió en la Berlín de Oriente Medio.

Las nuevas distopías urbanas

En el último siglo, los muros físicos han dido sustituidos por códigos postales, líneas invisibles que marcarán el destino de las personas y que se traducirán en diferentes niveles de bienestar, perspectivas de futuro y esperanzas de vida.

La tiranía de los códigos postales 

La tiranía de los códigos conllevará la aparición de una arquitectura distópica trufada de líneas imaginarias que dibujarán una cartografía entrecruzada de confortables zonas residenciales y de zonas de exclusión para los perdedores del sistema, bicefalia que conforma las nuevas distopías urbanas del siglo XXI.

Germán Gorraiz López - Analista